Damián Ibáñez (UPdN), alcalde de Nàquera
Hace justo un año, en las elecciones municipales del 26-M, fueron elegidos o reelegidos como alcaldes de sus pueblos. Hoy afrontan un primer tramo de esta nueva legislatura marcado por la pandemia del coronavirus. Desde el confinamiento lanzamos las mismas preguntas a cada uno de los responsables políticos de los municipios de Camp de Túria para hacer una radiografía de la comarca en plena crisis sanitaria y económica y conocer cómo se preparan para la desescalada anunciada por el Gobierno a partir de este arranque del mes de mayo.
¿Qué medidas se han adoptado para hacer frente a las crisis del coronavirus?
Las primeras medidas que se adoptaron en Náquera fueron las que puso el Gobierno y en lo referente a las medidas adoptadas especialmente para nuestra localidad han sido, por ejemplo, la creación de un camión para poder desinfectar las calles. Esto ha tenido que ser así ya que, por desgracia, se está solicitando un camión de bomberos que se le prometió a Náquera y que tiene retirado Conselleria. Es una lástima no poder hacer uso de él con la falta que le hace a nuestra población.
Otro punto importante es la ampliación del departamento de Servicios Sociales que han tenido mucha demanda diaria por la situación actual. Además, se han puesto alfombras en las entradas de los edificios públicos que son desinfectadas cada pocas horas al igual que los propios edificios que puedan tener bastante uso como puede ser la base de Protección Civil y que son desinfectados día a día.
¿Qué impacto ha tenido en el municipio?
El impacto social es el mismo que ha podido ser en otros puntos de la geografía española aunque en nuestra localidad para evitar que sea mayor se ha creado un equipo de Servicios Sociales de ocho personas para poder ayudar a todo el que lo necesitara.
En el económico sí que ha sido grave ya que Náquera es un municipio de zona veraniega y que en las semana de Pascua suele incrementar la población. Esto junto con el cierre de los bares, hace que económicamente se haga difícil. Y si encima pensamos en la salida de esta situación actual, junto con el poco movimiento que se espera este verano, puede que Náquera sea bastante afectada al ser sitio de segunda vivienda. El miedo que se tiene actualmente es que con lo dañino que está siendo para toda la población en tema económico haya un abandono de segundas residencias.
Finalmente, en cuanto al impacto en salud se ha evitado desde un primer momento que haya ningún foco de infección con la realización de controles y de vigilancia con el apoyo de la Guardia Civil y la Policía Militar. Oficialmente en nuestra localidad no hemos tenido ningún infectado ni ninguna defunción por el Covid-19.
¿Qué fortalezas y debilidades como pueblo ha hecho aflorar esta crisis?
La fortaleza es que Náquera está unida y ha sabido digerir la disciplina a la cual se le ha sometido y que ha sido la máxima posible desde el primer día ya que se han sabido ejecutar todos los controles pertinentes para cumplir con el estado de alarma. Se reaccionó de inmediato con las desinfecciones que era lo principal, cerrar los negocios y empresas con el máximo rigor.
En lo referente a las debilidades, se puede decir que la gran debilidad de esta localidad es la cantidad de término tan grande que tiene y que esto dificulta mucho el control ya que hay entre ocho y nueve pueblos con los que tenemos unión por carretera. Con el gran trabajo de la Policía Local y de Protección Civil se ha conseguido que esa debilidad fuera la mínima posible.
¿Cómo va a ser la desescalada?
El problema que se tiene con la desescalada es que estamos dirigidos por las normas del Gobierno y que algunas están equivocadas o no son las correctas. Es normal que se cometan errores pero tantos, no.
En referencia a cómo hacerlo, los alcaldes de los Ayuntamientos nos dejan poca autonomía para poder trabajar ya que nos han quitado todas las competencias.
Pensamos que nos deberían dar a los equipos de gobierno de los Ayuntamientos la facultad para poder dirigir algunos aspectos de la desescalada después de valorar y estudiar cada población individualmente y así poder decidir lo mejor para su propia localidad con algo de autonomía. Esto es porque cada población vive de un sector determinado y dependiendo de cual sea, podría realizarse de una forma u otra.
Un ejemplo de esto es el tema de la apertura de mercados ambulantes municipales ya que no es lo mismo el de poblaciones como Bétera o Llíria que el de Náquera al que no va ni un 10% de la cantidad de gente de las otras dos localidades. Entonces ya que se tiene que seguir las órdenes del Gobierno, la desescalada se va a tornar muy difícil.