Nico Marco, regidor d’Esport i Salut de l’Ajuntament de Llíria
Nada ni nadie es perfecto. Y menos en política. Cuando me embarqué en esta aventura hace poco más de medio año, sabía que nada lo sería y que yo tampoco lo soy. Sabía que me tendría que tragar más de un sapo y a pesar de eso me decidí a dar el sí a Paco Gorrea porque confío en él y en su proyecto y siempre he pensado que hay que comprometerse con la sociedad, con nuestros semejantes, con nuestro entorno. Ahora, ya en medio de la brega de la gestión municipal, veo que a mí, como a todos los que estamos metidos en política al nivel que sea, me toca tragarme sapos que ni me esperaba. ¡Pero hay que mojarse! Así que lo voy a hacer…
Ni que decir tiene que el tema estrella de la política nacional a día de hoy es un sapo que nadie, empezando por Pedro Sánchez, quisiera tragarse. Tener que pactar con Puigdemont y tragar con varias de sus exigencias, es muy difícil, es duro. Sin embargo, cabe también preguntarse cuál es la alternativa: permitir un gobierno de la derecha con la ultraderecha.
¿Puede España permitirse ese lujo? Sinceramente, pienso que no. Eso sí sería un horrible sapo imposible de tragar, sería una grave irresponsabilidad permitirlo. Por si no hay bastantes ejemplos en la historia de a dónde llevan los gobiernos de ultraderecha, solo hace falta ver cualquier telediario: la deriva de Israel y Palestina desde que Ariel Sharon se dio su infame paseo por la explanada de las mezquitas hace ya dos décadas largas, ha ido de mal en peor… Hoy, el gobierno más escorado a la derecha en la historia de Israel está perpetrando lo que vemos todos los días en las noticias: una masacre indiscriminada de civiles inocentes (la mitad de ellos niños) que se nos vende eufemísticamente como “ejercer el derecho a la defensa”. Claro que Israel tiene derecho a defenderse, y claro que el ataque de Hamas fue un acto terrorista totalmente execrable, pero cualquier persona normal, con un mínimo de sentido común, puede ver que eso que está haciendo el gobierno ultraderechista israelí no es defensa y sí venganza. Vamos, un sapo gigantesco que las personas de bien de todo el mundo no deberíamos tragarnos, no deberíamos permitir. A veces, demasiadas veces, la lógica del poder es totalmente inhumana. Lo explicaré mejor con unos versos de mi amigo y compañero Carles Subiela en su libro ‘Faules de Guerra’: Aquesta lògica/ que té el poder/ resula il·lògica/ per qui deu ser/ obedient/ sens raonament.
El poema del que están sacados los versos, por cierto, se titula Estupidesa. Retomo aquí el tema inicial, porque eso es exactamente lo que sería permitir un gobierno del PP y Vox: una estupidez. Y una irresponsabilidad. Así que, por mucho que esos partidos y sus voceros tachen a Pedro Sánchez de traidor y lindezas parecidas, yo afirmo lo contrario: se lo está jugando todo para defender a España. Que entrase el PP de nuevo a gobernar sería un gran retroceso en muchas cosas: derechos sociales y laborales, medio ambiente, etc, pero no tendría por qué ser una gran catástrofe, ya ha ocurrido. Sin embargo, permitir que entrara la ultraderecha en el gobierno, existiendo la posibilidad, emanada de las urnas, de evitarlo, sería muy irresponsable por parte de quien ha de liderar esa posibilidad. Pedro Sánchez, pues, no hace más que ejercer su responsabilidad. Y además muy bien, es un verdadero milagro político conseguir poner de acuerdo a los partidos que le apoyan en la investidura: desde Bildu hasta Coalición Canaria, pasando por el PNV, Esquerra o Junts, entre otros…
El PP haría bien en preguntarse cómo es eso posible. Creo que se puede explicar porque van de la mano con Vox y los demás demócratas saben el gran peligro que eso entraña… ¡Así que el PP ha de tragarse el sapo con el que ha decidido juntarse!
Hablando de demócratas y de democracia, el domingo 12 hubo mucha gente manifestándose contra esa inminente investidura de Sánchez, para ellos el gran sapo que no quieren tragarse. Aunque bastantes de esas personas no eran demócratas, seguro que muchas otras sí lo eran. Me pregunto si se cuestionarán con un mínimo de espíritu crítico (que a los demócratas se nos supone) lo que dijo su líder: Feijoo afirmó que Sánchez “entró al gobierno de manera deshonrosa y saldrá igual”. Niego la mayor. La deshonra fue para quien perdió la moción de censura en 2018, no para quien la ganó. Pasó algo parecido a lo de ahora: muchos demócratas se pusieron de acuerdo para ejercer uno de los mecanismos democráticos en el parlamento y sacar del gobierno a un partido corrupto. Ahora, también muchos demócratas se ponen de acuerdo para evitar un gobierno de ultraderecha. Les guste o no, digan lo que digan, ¡es democracia pura y dura! Ladran, luego cabalgamos…