El pleno de Riba-roja de Túria solicita al Consell que asuma el 75% del coste o que lo integre en la red autonómica dependiente de Educación
El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha solicitado a la Generalitat que asuma el 75% del coste del Conservatorio de Música, que asciende a 2 millones de euros anuales o que integre el centro de música y el de danza en la red autonómica. Un alumno del Conservatorio municipal paga de media 920 euros más por curso que otro matriculado en un centro dependiente de la Conselleria de Educación.
El pleno municipal de Riba-roja de Túria ha aprobado por unanimidad reclamar a la Generalitat que asuma el 75% del coste anual que supone el Conservatorio de Música, que asciende a 2 millones de euros anuales, o bien los centros -música y danza se integren en la red de centros autonómicos dependientes de la conselleria de Educación.
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Riba-roja -formado por el PSPV, Compromís y EU- ha denunciado la “discriminación” que sufren los alumnos del conservatorio de música de la localidad -financiado con recursos municipales- frente a los centros pertenecientes a la Generalitat.
Las diferencias en el coste económico entre ambos centros llegan a ser de hasta un 76% debido a la financiación pública existente, ya que mientras las ayudas concedidas al consistorio de Riba-roja representan menos del 10% del coste anual total en el caso de los dependientes de la conselleria de Educación alcanzan la totalidad.
El informe elaborado por el equipo de gobierno establece las comparativas entre el coste que deben sufragar los 235 alumnos del conservatorio de música de Riba-roja, en 10 mensualidades anuales, y los pertenecientes a la Generalitat, que pagan alrededor de 56 euros por asignatura, a lo largo de los seis cursos de los que consta el ciclo.
En el primer curso, los alumnos de Riba-roja de Túria deben abonar 973 euros frente a los 168 de la Generalitat, 804 euros menos; en segundo curso 1.198 euros frente a los 224, casi 973 euros menos; en tercer y cuarto curso los 1.198 frente a 280 euros, 917 menos; y, por último, en quinto y sexto curso, los alumnos de Riba-roja pagan 1.261 frente a 336 euros, es decir, 924 menos.
Por su parte, los 185 alumnos del conservatorio de danza de Riba-roja, el único junto al de Valencia ciudad, pagan 973 euros en primer curso frente a los 371 euros de la Generalitat. En cuarto curso, los 1.234 euros de los alumnos de Riba-roja se reducen a 668 euros de la conselleria, casi la mitad. Por último, en el quinto y sexto curso los 1.306 euros que se pagan en Riba-roja se quedan en 668 euros para los alumnos dependientes de la Generalitat.
El alcalde de Riba-roja, Robert Raga, ha insistido que la falta de financiación por parte de la Generalitat “supone para las arcas municipales tener que aportar más de un millón de euros cada curso y el cobro de importantes tasas a las familias, mientras que los centros dependientes de la conselleria tienen unas tasas inferiores, con diferencias que llegan hasta el 76%”.
Raga ha subrayado que “es necesario que se establezca una financiación justa para los ayuntamientos que deben afrontar servicios que le corresponderían a la Generalitat en el marco de un debate y reflexión que se debería haber realizado hace años, aunque la desidia y la mala gestión por parte del PP durante los últimos 20 años nos ha privado de ello”.
Para el socialista “un sistema de financiación permitiría reducir las tasas y el déficit, dar igualdad de oportunidades a los alumnos con independencia de la zona de residencia y destinar los recursos municipales que se liberen a otras áreas municipales con necesidades”.
El actual sistema de financiación prevé ayudas anuales por parte de la Generalitat que se han reducido en un 43% en los últimos años, al pasar de los 208.000 euros que se concedieron al conservatorio de música de Riba-roja en 2008 a los 120.000 euros actuales, una cifra que representa un 6% del coste total. Mientras tanto, el conservatorio de danza que entró en funcionamiento en 1994 no ha recibido subvención ni ayuda alguna.
El gobierno de Riba-roja concluye que la falta de una política de planificación educativa y de un mapa de centros “implica que cada vez más los escasos recursos económicos se repartan entre más instituciones educativas, siendo la mayoría privadas de forma que se perjudica a los conservatorios municipales”.