“Lo importante no es llegar, sino mantenerse, y estoy contenta por haber luchado hasta el final en Río”. Es la edetana Mónica Merenciano (32), que quedó quinta en estas paralimpiadas pero ya tiene el bronce en las de Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. La judoka liriana, que sufre retinosis pigmentaria -pérdida de visión lateral-, quedó tercera en la Copa del Mundo 2015, victoria por la que ganó el Premio al Mérito Deportivo de la Ciudad de Valencia. Actualmente estudia Fisioterapia y se dedica a la venta del cupón de la ONCE.
¿Cómo empezaste en el mundo del judo?
Tenía 15 años cuando empecé. Yo estaba en la ONCE y allí hacía voleibol, taekwondo, atletismo… Un día me dijeron que había judo y me animé porque me llamaba mucho la atención. Y hasta hoy.
¿Soñaste con ser olímpica?
Nunca lo pensé porque entonces no había judo paralímpico para mujeres. En Atenas ya se incluyó pero no fue fácil participar. Tenía amigas en España que llevaban bastantes más años que yo y no lo consiguieron. Sabía que sería difícil pero pensé que no tenía nada que perder. Al final por la diferencia de un punto en la clasificación conseguí ir a los juegos de Atenas 2004.
¿Es el judo un buen deporte para personas con déficit visual?
Sí porque es más fácil de adaptar. Solo con empezar cogidos, que es la principal adaptación en judo para ciegos, es suficiente y puedes competir en igualdad de condiciones con personas que no padecen limitación visual.
¿Qué ha aportado el deporte a tu vida?
El deporte ha sido muy importante. Me ha aportado muchísimos valores, me ha formado. También he conocido a mucha gente y me ha enseñado el valor del compañerismo porque el judo es un deporte muy respetuoso.
Has ganado tres medallas de bronce olímpicas en Atenas, Pekín, y Londres. ¿Cómo ha sido la experiencia en las paralimpiadas?
Mi experiencia ha sido muy buena, incluso ahora en Rio que no sabía cómo iba a llegar. Al final competí con buenas sensaciones. Supe estar por encima de los contratiempos, y es lo que cuenta. En los otros juegos subí al pódium y cada uno fue diferente, pero estoy contenta de haber disfrutado de todos ellos.
¿Qué te parece ser la dama de bronce?
La verdad es que muy bien, de hecho ojalá hubiera seguido siendo así, pero en Rio no pudo ser. Al final entiendes que lo difícil no es llegar, sino mantenerse.
En Río 2016 te quedaste a las puertas de conseguir tu cuarto bronce, ¿qué faltó?
Me operaron el verano pasado del pie y sufrí dos lesiones de hombro, por las cuales me operaron también. Esto me perjudicó para poder llegar al cien por cien. Estuve bastante bien pero no como me hubiese gustado para conseguir medalla. Y aun así pelee por ella así que estoy contenta. Al mundial tampoco pude llegar bien, no me concedieron la beca del comité aunque sí la del FER de Valencia –Foment Esportistes amb Reptes- y gracias a ello pude continuar en otros proyectos como el de Di_Capacidad de la Fundación del Levante UD. Con todo este apoyo desde Valencia y desde mi club, Judokan Valencia, pude entrenar duro y llegar en las mejores condiciones.
¿Planeas estar en Tokio 2020?
Por ahora me planteo el europeo que está más cercano. De Tokio no me atrevo a decir nada. Lo mejor es ver cómo reacciona el cuerpo después de las lesiones.
¿Qué diferencias a nivel de apoyo estatal, económico y mediático existen entre las olimpiadas y las paralimpiadas?
En cuanto a apoyo mediático estamos contentos porque va aumentando, y la sociedad empieza a reconocer más el deporte paralímpico. A nivel económico en Valencia sí que recibimos más apoyo, pero a nivel nacional habría que mejorar. Aunque se ha incrementado el precio por medalla, si en judo, por ejemplo, no la ganas, no tienes nada. Es o pódium o nada. Y eso es bastante duro porque no se reconoce el esfuerzo de alguien que pelea por el quinto puesto. Hace cuatro años luché porque esto cambiara y me dijeron que no tenía razón. Ahora hay mucha gente que pide lo mismo que yo. Ojalá cambiara pero será difícil.
Recientemente has conseguido el Premio al Mérito Deportivo de la Ciudad de Valencia por tu Medalla de Bronce en la Copa del Mundo. ¿Cómo te sientes al saber que posiblemente eres un ejemplo de superación para mucha gente?
Estoy feliz porque aunque no pude competir bien por las lesiones quedé tercera en la copa del mundo y eso sí se valora. Pero creo que cualquier deportista es un ejemplo. Puede que yo al tener una limitación visual sea considerada un mayor referente pero somos ejemplo todos.
¿Qué es lo más importante para que una persona con cualquier tipo de déficit no se sienta diferente y trate de superarse?
Es necesario que se vean como personas corrientes y que no se las juzgue por su dificultad. Porque cualquier persona sin diversidad funcional puede sufrir en un momento de su vida cualquier dificultad. Aquí las familias son muy importantes: son un apoyo muy fuerte que está en las buenas y en las malas. Son los que ayudan a superar los momentos duros.
Actualmente estudias fisioterapia, ¿quieres dedicarte a ella cuando dejes el deporte de alta competición?
Todavía estoy tratando de ajustar el horario porque es muy complicado conciliar el deporte con los estudios y el trabajo. Ahora mismo me dedico a la venta de cupones pero lo que me gustaría es dedicarme a la fisioterapia deportiva. Aun así los que somos deportistas tenemos más complicado introducirnos en el mercado laboral porque hipotecamos muchos años de nuestra vida dedicándolos al deporte. Obtienes mucha experiencia y formación pero eso el mercado no lo valora. Así que no será fácil.