InfoTúria ha entrevistado a Nacho Rodilla, el extraordinario base salido de la cantera del CB Llíria que disputó sus mejores partidos en las filas del Pamesa Valencia y que llegó a disputar partidos con la Selección Nacional Española.
JGC
Rodilla ya fue el responsable de lograr, hace dos temporadas, que el CB Llíria regresara a la liga EBA (en la que se encuentra en la actualidad). Su retorno al club, ya en el año 2010, ha sido vital para enderezar el ritmo de un club que no sólo hace sentir orgullo a los seguidores edetanos, sino a los de toda la comarca del Camp de Túria. Cualquier aficionado al baloncesto recordará con una especial emoción los años en los que jugadores como Jesús Bueno, Carlos García, Paco Jiménez, Dan Palombizio o Vernon Smith hicieron vivir momentos épicos a la afición del CB Llíria.
Las cosas, por desgracia, han cambiado. Los tradicionales piques contra el Pamesa Valencia han quedado atrás y, ahora, el club se encuentra lejos de sus mejores momentos deportivos. Pero hay una cosa que no cambia: el CB Llíria sigue siendo una escuela de la vida, en la que se forma a jugadores de baloncesto… y, fundamentalmente, a personas. Siguen siendo centenares los jóvenes que aprenden conceptos de juego, pero también valores y actitudes de cómo afrontar su futuro personal, familiar, profesional…
El equipo ha logrado mantenerse en la categoría, tras una temporada muy complicada…. en la que los problemas económicos están lastrando a un club que no merece verse en esta situación, si se tiene en cuenta su impacto en la sociedad edetana. Nacho Rodilla nos cuenta sus experiencias en los últimos meses al frente del CB Llíria:
Nacho, ¿qué circunstancias te han hecho volver a los banquillos del CB Llíria?
Bueno, hace dos años asumí la dirección del primer equipo y la experiencia fue buena: logramos el ascenso a la EBA de forma brillante, superando a equipos como el CB l’Horta Godella, el CB Calpe… el año pasado, por temas personales, decidí hacerme cargo del equipo Junior, además de colaborar en la Coordinación Deportiva del club: no podía dedicar el tiempo necesario a dirigir convenientemente al primer equipo… Este año, los resultados no estaban siendo buenos y en el club me consultaron para saber si podía asumir la responsabilidad de ayudar al equipo a salvarse; yo acepté y, al final, lo hemos logrado.
¿Eras consciente de la dificultad de este reto? ¿O el equipo aspiraba a más?
Este club es, en su propia esencia, excepcional: contamos con el presupuesto más bajo de la categoría y ningún equipo se nutre tanto de su cantera como el CB Llíria. Eso implica contar con una plantilla limitada en muchos aspectos: son jugadores que carecen de experiencia y que se están formando físicamente, en muchos casos. En la EBA hay muchos jugadores veteranos, con mucho oficio, que han sabido explotar esas deficiencias de nuestro juego. Cuando llegué, tenía claro que podíamos lograr la permanencia… pero debíamos trabajar a tope, tanto en los entrenamientos como en los partidos. Era un objetivo factible, pero no sencillo.
¿Cómo ha evolucionado el grupo, en las jornadas que has sido tú el entrenador?
En cuanto a actitud del equipo, ninguna queja: es más, sólo puedo elogiar a los jugadores. Pero tuve claro que harían falta 4-5 partidos para que el equipo reaccionara. Había nervios y cierta tensión en el equipo, que no jugaba cómodo los partidos; necesitábamos de varios encuentros para empezar a coger una dinámica buena, con la mentalidad adecuada. Por supuesto, es algo lógico: hay mucha juventud en nuestra plantilla y hemos sufrido muchas lesiones, que no sólo afectaban a nuestro rendimiento en los partidos oficiales, sino en los entrenamientos: las circunstancias nos han obligado a echar mano de los juniors muy a menudo, y el cambio entre un tipo de competición y la otra es notable.
¿Cuánto os ha aportado Óscar Yebra? ¿Ha liberado a sus compañeros de esa tensión?
En primer lugar hay que decir que Óscar ya vino el año pasado a entrenar en el CB Llíria, antes de ir a Irán. Este año entrenaba con nosotros y nos ofrecía su experiencia. Pero cuando decidió competir en nuestro equipo, ha aportado mucho: puntos, rebotes y veteranía. No negaré que contar con alguien como él ha hecho que sus compañeros, ¡pero también el entrenador, no voy a negarlo! hayan confiado quizá demasiado en su aportación. Su calidad es innegable, pero no se puede descargar toda la responsabilidad del juego ofensivo sobre sus hombros. Además, los jugadores rivales estaban especialmente motivados contra él. Nos ha ayudado mucho y ha sido una ventaja contar con él.
¿Estás trabajando ya en la planificación de la próxima temporada?
Sí. Aún faltan dos jornadas por disputarse para que acabe esta temporada, pero hemos asegurado nuestra permanencia en la EBA y, aunque estoy preparando cada partido con normalidad, quiero ir dando forma al equipo. Es algo lógico. Lo que pasa es que existe cierto desconocimiento sobre cómo será la próxima temporada…
¿Por la situación económica del club?
Claro. Es muy duro para los jugadores haber luchado tanto por lograr la permanencia y no saber si el equipo estará en la EBA el próximo año. Sería muy triste, te lo puedo asegurar. Yo conozco este club y hay muchísimos nanos que entrenan con la ilusión de llegar al primer equipo, que se esfuerza al máximo para permanecer lo más alto posible. Y no te puedes ni imaginar el esfuerzo que ha efectuado el club para optimizar nuestros recursos: en todo lo que podemos ahorrar algo de dinero, lo hacemos. Vamos en coches de directivos, para ir a los partidos; cuando vamos a las Islas Baleares, para enfrentarnos contra equipos de allí, nos alejamos en hoteles que están en la otra punta de la isla, porque son los más económicos y luego hay que ir un montón de jugadores en una furgoneta… ¡Pero hay unos gastos, propios de la competición, que son ineludibles! Hay que aportar avales, hay que pagar los gastos fijos de la propia competición…
¿Qué necesita el CB Llíria de las instituciones públicas?
Necesita cubrir unos mínimos. Aquí, en Pla de l’Arc, vienen unas 1.000 personas en cada partido… ¡qué difícil es ver eso en otros clubs de la EBA! Contamos con 900 socios, tenemos una afición increíble. Cuando dices ‘Llíria’ sabes que es una población en la hay muchas cosas, pero destaca la pasión por la música y el baloncesto. La gente aquí acude hasta para ver entrenamientos. De verdad, no pedimos ayudas para la gente que está sobre el parquet, sino para el sostenimiento del club, que forma a centenares de niñas y niños todos los años…
¿Cumple el club con una función social y formativa?
Indudablemente. Yo soy padre y agradezco que existan clubes como el CB Llíria, en donde se les hace ver a los jóvenes la importancia en la práctica del deporte, la vida sana, el respeto por el prójimo, el valor del trabajo y el esfuerzo, el compañerismo… Te aseguro que los chavales que están aquí están aprendiendo cosas que les van a valer, y mucho, en otras facetas de su vida. Te puedo contar que yo mismo, en algunas ocasiones, he sacrificado el interés deportivo del equipo porque he querido hacer prevalecer la faceta de formación: nunca dejo de pensar que es gente joven, a la que hay que enseñar a ser mejor persona.
Lo que es triste es la gestión de esta directiva VERGONZOSO DIMISIÓN
Anim xics de segur trobem una solució, tots els que dissabtes estem al Plà de l’Arc farem el que siga per continuar el proper any, no podeu deixar-nos sense basket, si les institucions no podem (o no volem) buscarem per d’altres llocs. Des d’aci el meu agraïment a tot l’equip despres de tot el sacrifici que heu fet xavals, vos mereixeu el mateix reconeiximent public que els jugadors de fa anys perque demostreu passió per el basket i ens heu fet gaudir al Pla de l’Arc, no heu jugat a l’ACB pero sou (la majoria) fills de Lliria, i els que no ho sou, vos hem adoptat, gracies xics