El el campo del Mas de Tous se enfrentaban el primer clasificado (Atlètic Vallbonense) contra el segundo (UD Paterna). No era un encuentro para hacer florituras; no era un enfrentamiento para desplegar un juego vistoso; era un partido para ganar, para marcar más goles que el rival y sumar unos puntos que impidieran a los jugadores contrarios seguir el ritmo que marca quién acaba siendo campeón y quien debe conformarse con estar cerca del primer clasificado.
JGC
El partido no fue brillante; los dos rivales cometieron fallos en defensa… pero hay algo que está muy claro: el Atlètic Vallbonense tiene dinamita en ataque y puede noquear a sus rivales con una facilidad pasmosa. Ante la UD Paterna, los jugadores entrenados por Fragua y Juan Víctor Monreal sacaron a relucir su extraordinaria pegada: no hay ningún equipo, en toda la categoría, tan capacitado para marcar como el Atlètic Vallbonense.
Pero es que el conjunto poblano es muy bueno y cuenta con unas individualidades desequilibrantes: cuenta con Rueda, que brega durante los 90 minutos, que incomoda a la defensa rival sin descanso y que gana todos los balones aéreos. Bueno, también destaca por su facilidad para marcar goles… pero eso no es algo nuevo.
Además, existe otro futbolista superlativo: Blanco, un jugador desequilibrante, de regate eléctrico, fantasioso, difícil de marcar y con mucha movilidad: un auténtico incordio para los rivales, vamos. Este jugador, en cualquier otro equipo de la categoría, sería el referente indiscutible de la plantilla. En el Atlètic Vallbonense destaca mucho, pero a veces queda solapado por la brillantez de sus compañeros.
Blanco también hace otra cosa muy bien: ejecuta las faltas de forma impecable. Fort es el especialista del club, claro, pero ya sabe que el menudo Blanco está intentando asumir el rol de ejecutor de golpes francos. Contra la UD Paterna, tardó poco en enviar el balón a la escuadra rival; poco importaba el esfuerzo del portero rival en alcanzar la pelota… no la habría parado ni teniendo una escalera a mano.
Poco después llegó el 2-0: Rueda fue objeto de un claro penalti, que fue lanzado por él mismo. Las cosas no se podían poder mejor para los intereses de la dupla Fragua-Monreal. Cada balonazo era ganado por Rueda y la defensa visitante exhibía una fragilidad defensiva sorprendente.
Claro que la defensa local también cometió algún error que le costó un disgusto. Las rápidas combinaciones del conjunto paternero les crearon dificultades y, tras un par de avisos, llegó el 2-1. Hubo un par de ocasiones para cada equipo y, en una jugada absurda, llegó un autogol que llevaba el 2-2 al marcador. El Atlètic Vallbonense quedaba tocado y la UD Paterna esntraba de lleno en el partido.
La actuación arbitral
Las actuaciones arbitrales suelen acabar siendo polémicas y rara vez dejan satisfecho a ninguno de los contendientes. En esta ocasión no hubo excepciones: en efecto, los jugadores visitantes (y su ruidosa afición) reclamaron con insistencia un penalti en el área local, por posibles manos de un defensa poblano; sin embargo, esas mismas personas callaron ante dos claros penaltis en el área visitante, por sendos derribos sobre Rueda. Y tampoco dijeron nada cuando el árbitro dejó de expulsar al jugador número 9 de la UD Paterna, por una entrada en el centro del campo tan violenta como gratuíta. Por cierto: en la segunda mitad, con el 5-2 en el marcador, el árbitro también sacó fuera del área otro claro penalti del equipo visitante y convirtió una clara tarjeta roja en una simple amonestación.
Todo esto viene a cuenta de que, cuando el primer tiempo entraba en el descuento, se produjo una jugada decisiva: el portero visitante, de forma inexplicable, soltó la pierna cuando ya había atajado el balón, golpeando a Rueda. Y el colegiado, justo delante de ambos, no lo dudó: penalti y expulsión del portero. Rueda templó los nervios y marcó el 3-2. Así acabó el primer acto.
Se produjo entonces una muy desagradable incidente, con varios aficionados del equipo visitante amenazando gravemente al árbitro, al delegado de campo y al entrenador local. Lo diremos ahora y siempre, independientemente de quien actúe de este modo: nada justifica estas actuaciones, que deben ser erradicadas del fútbol. Es lamentable que tuviera que intervenir Policía Local y Guardia Civil para evitar males mayores. Este tipo de actuaciones empañan el fútbol y son intolerables.
La segunda mitad
Afortunadamente, el segundo tiempo comenzó con los ánimos atemperados. No hubo jugadas especialmente violentas, aunque el dorsal 7 de la UD Paterna tuvo varias acciones poco deportivas y participó activamente en entradas que se situaban al margen del reglamento. El árbitro no las amparó, pero tampoco fue implacable con ellas: simplemente, deseaba salir del campo cuanto antes, sin complicarse más la vida.
La superioridad local fue total, a lo largo del segundo tiempo, pero el marcador no se movió hasta ya muy avanzada la segunda mitad. Fue de nuevo Blanco, a balón parado, quien volvió a enviar el esférico a la escuadra de la portería rival. La gente de mantenimiento del campo de Mas de Tous no deberá trabajar esta semana: podemos confirmar que ya no quedan telarañas en las redes; han sido aniquiladas por Blanco.
Por si quedaban dudas sobre la capacidad local para marcar goles (más que goles, deberíamos decir go-la-zos), llegó Coke y marcó otro tanto desde fuera del área, al ángulo de la portería rival. La cosa estaba clara: si alguien marcaba, debía de hacerlo de forma elegante; los aficionados locales querían disfrutar del espectáculo. Al final, 5-2 que deja a las claras cuál es el equipo más en forma de la categoría.
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Atlètic Vallbonense: Pablo, Rafa, Josep, Tico, Álex Enguidanos, Raúl Grueso, Migallo, Álex García (Enric), Migue (Coke), Rueda (Guillermo), Blanco (Keko).
UD Paterna: Cortés, Bonillo, Santana, Juanma, Alberto, Camino, Luisra, Miguel, Carlos, Giovani, Esteban.
Goles: 1-0: Blanco (10); 2-0: Rueda (p) (15); 2-1: X (27′); 2-2: X (31′); 3-2: Rueda (p) (45′); 4-2: Blanco (69′); 5-2: Coke (89′).