Juan Vicente Piá presenta su libro ‘Bétera, sus calles y comercios en los siglos XIX y XX’
El libro, que ha presentado el pasado 5 de diciembre en la Casa de la Cultura de Bétera, está dirigido a los vecinos de la localidad, pero también puede interesar a aquellos que hayan tenido alguna vinculación con el municipio de Camp de Túria.
Efectivamente, en principio el libro va dirigido a los vecinos de Bétera, ya que se hace un recorrido por la historia de sus calles y comercios en los dos últimos siglos, pero, por extensión, también puede ser de interés para cualquier persona con cierta vinculación con Bétera, incluso para familiares o conocidos de personajes que han tenido o tienen alguna calle dedicada en nuestro pueblo y que, en la actualidad pueden no tener vinculación alguna con Bétera.
¿Qué van a descubrir los lectores entre las calles y comercios de Bétera de los dos siglos anteriores?
Pues además de la historia y los cambios de nombres que han sufrido las calles, van a descubrir muchas curiosidades y anécdotas desconocidas para la mayoría de los vecinos, algunas de ellas muy sorprendentes. También podrán recordar, las generaciones más mayores, y descubrir, las más jóvenes, los oficios y comercios tradicionales y artesanos que existieron hasta no hace tantos años. Muchos de ellos han desaparecido en la actualidad, pero eran la base de la economía local de la época, como los esparteros, los alpargateros, los boteros, el albéitar, las abacerías, cordelerías, etcétera.
Cada régimen político aprovechaba los nombres de las calles para ensalzar a sus personajes
Con qué nombres se rotulan las calles, a quién se dedican plazas y avenidas, son cuestiones significativas para la historia de un municipio. ¿Qué personajes de los que han tenido una calle son los más sorprendentes?
Hay muchos, sobre todo con los cambios políticos de la República y la Dictadura. Cada régimen político aprovechaba los nombres de las calles para ensalzar a sus personajes. En Bétera poca gente conoce que existieron las calles Hitler, la Pasionaria, Calvo Sotelo, Mussolini, Mártires de Jaca y un largo etcétera. Luego también nos encontramos con calles de origen prácticamente desconocido, pero no por ello menos sorprendentes. Entre estas podemos destacar la plaza de la Rubia, el callejón de Pelagarcho o la calle del Coto.
Hay nombres de calles han perdurado hasta este siglo, lo contrario de lo que ha sucedido con los comercios. ¿Alguno ha resistido sin bajar la persiana hasta hoy?
Existen algunos comercios que han resistido todos los acontecimientos y cambios de las últimas décadas. Algunos de ellos han cerrado hace poco tiempo y alguno todavía sigue abierto. Entre los establecimientos tratados en el libro el más antiguo de los que han perdurado hasta hoy es la farmacia Aloy, de la que existe constancia de, al menos, tres generaciones de farmacéuticos y de su funcionamiento desde el año 1918, siguiendo en la actualidad abierto. Pero el más antiguo de todos los establecimientos que se ha podido fijar su ubicación y titularidad es la herrería de la familia Carreres, en funcionamiento desde el año 1879 hasta 2005.
Entre los establecimientos tratados en el libro el más antiguo de los que han perdurado hasta hoy es la farmacia Aloy
¿Cuánto tiempo le ha llevado documentarte y escribir este libro que ha autoeditado?
El periodo de documentación siempre es el más costoso y largo. Parte de la información ya estaba localizada en el Archivo Municipal de Bétera, pero el resto ha habido que localizarla en otros archivos y publicaciones durante 18 meses. Varias personas, a las que estoy tremendamente agradecido, han colaborado puntualmente a la hora de localizar informaciones de algún tema concreto.
¿Ha contado con alguna colaboración o aportación de archivos fotográficos particulares?
Hay de todo, algunas están a disposición de todo el mundo en internet, otras se han localizado en los archivos consultados y otras han sido facilitadas por familiares de los personajes tratados en el libro.
¿Por qué era necesario este libro cuya primera tirada ya se ha agotado?
El proceso de realización del libro está basado en una necesidad, la de conocer exactamente el origen y el proceso de cambios de nombres de las calles, puesto que, en muchas ocasiones en documentos oficiales o escrituras, aparecían nombres desconocidos de calles a las que había que ubicar y localizar para poder hacer una correspondencia con las calles existentes en la actualidad. A partir de ahí, se empieza a investigar, a buscar información por todas las vías posibles y a ir almacenando toda esa información. Finalmente, se procede a gestionar esa información, darle forma y escribir el libro, tratando de contar de la forma más clara posible toda la información obtenida. Aunque existen varias publicaciones que recogen la historia de Bétera, al menos que yo conozca, ninguna se había centrado en estos aspectos que considero de gran importancia para conocer nuestra historia y como era el municipio de Bétera hace 200 años.