Las primeras falleras mayores de Bétera, María José Granell y Paula Ros, se han despedido en un acto celebrado en el Salón de Actos del Castillo, arropadas por el mundo fallero, alcalde y concejales del Ayuntamiento, familiares, amigos y vecinos. Entre el público estaban las que recogerán el testigo el 18 de octubre, Lorena Cremades y María José Gelde.
P.G.
La Fallera Mayor Infantil de Bétera, Paula Ros, y la Fallera Mayor, María José Granell, no pudieron evitar las lágrimas en su despedida del cargo cuando se proyectó un audiovisual preparado por la Junta Local Fallera en el que se recordaban a través de imágenes los mejores momentos que han hecho historia de cada uno de los actos a los que han asistido las dos máximas representantes, dentro y fuera de su municipio.
La emoción volvió en varios momentos del acto, como cuando la participación de la colla ‘Xe que burrà’ cantaba unes albaes a las dos reinas del mundo fallero de Bétera.
Paula Ros se dirigió al público asistente con unas palabras al público asistente para agradecer el apoyo de sus padres y la expresar su alegría por haber compartido este año con su Fallera Mayor de la que “he aprendido tanto”.
María José Granell, en su discurso cercano y entusiasmado, tuvo un espacio de reconocimiento el anterior Presidente de la Junta Local Fallera, David Aloy, quien se despidió ante el público haciendo balance de lo que había significado sus seis años en este cargo y que ahora retomaba comprometido, José María Asensi, quien le hizo entrega de una placa conmemorativa.
Por su parte, el alcalde de Bétera, Germán Cotanda destacó la labor realizada por la Junta Local Fallera durante estos años con iniciativas como la que ha permitido que este año se contara con este privilegio, “el hecho de que Bétera tenga unas Falleras Mayores que han llevado el nombre de nuestro pueblo allá donde han representado, con su belleza y su saber estar”.
El concejal de Fiestas, Fran Martínez, reiteró el apoyo a las cinco comisiones falleras del municipio y de la Junta Local Fallera por esta realidad histórica y definió el reinado de las primeras máximas representantes de “excelente” por “vuestra dedicación, simpatía, saber estar y la forma de representar al pueblo de Bétera”.
El acto se clausuró con la tradicional escucha de himnos y a la salida del Castillo, se disfrutó de unos fuegos artificiales y de una cena de gala.