La amistad unida por una vocación

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Sacabutxart plantará diez monumentos

El mes de marzo para la ciudad de València significa tradición, música, arte, pólvora,  cultura y por encima de todo trabajo. Miles de personas viven detrás de una de las fiestas más significativas de nuestro país y probablemente conocidas en todo el mundo, las Fallas. Los años pasan y ,a pesar de las constantes modificaciones que puede sufrir con el paso del tiempo, el elemento principal de esta festividad continúa siendo el monumento. Y detrás de este pilar fundamental se sitúan los artistas falleros.

Entre pinturas, escayola y lijas el destino ha querido unir a dos amigos en una profesión tan especial y autentica para los valencianos. Se conocieron hace doce años pintando y modelando piezas en el taller de Emilio Miralles pero hace tan solo dos años, José Enrique Giménez y Vicent Torres forjan, en una nave del polígono industrial de Rascanya de Llíria, la ilusión de mantener viva la llama, una vez más, el tan grato homenaje a los carpinteros de la época.

Bajo el nombre de Sacabutxart, nomenclatura que hace referencia a una pieza de madera hueca, en forma de estuche ortogonal, por cuya ranura, se encaja el “mascle” o macho, que es el trozo de madera sobresaliente del armazón del ninot, desarrollan una vocación que crece en un taller. “Estamos contentos que se profesionalice nuestro trabajo. La aparición de estudios de artistas falleros es muy importante para la continuidad de nuestro oficio pero la profesionalidad está en un taller con el trabajo diario”, apuntan Emilio y José Enrique.

Una labor costosa y de larga duración, que poco a poco, se incrementa a raíz de la llegada del mes de Marzo. Las horas de trabajo se hacen cada vez más largas y las prisas por los últimos retoques están al orden del día. “ El monumento arranca en el mes de mayo, diez meses antes. El proyecto y la puesta apunto es un proceso muy largo. Cada vez que se acerca estos últimos meses los horarios son mucho más extensos. Ahora mismo entramos en el taller a las 8 de la mañana y salimos a las 11 de la noche. Ese pequeño “arreón” es tradicional es nuestro gremio”, comentan los artistas.

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Uno de los pilares fundamentales de sus monumentos es su estilo. Con colores vivos y con mucha crítica, aunque acompañado de mucho humor, se definen los dos artistas. “Nuestros monumentos tienen mucha vida porque están enfocados con mucho colorido. También están inundados de crítica, siempre desde el lado del humor, pero intentamos tratar todo el panorama político. Las comisiones falleras demandan que las piezas estén en absoluta actualidad y eso es algo muy difícil. Tenemos que estar absolutamente enterados de todas las noticias”, señalan ambos.

Vivir con la crisis

Si algo ha golpeado con dureza a la fiesta valenciana ha sido la crisis económica. Los ajustes en los presupuestos ha provocado que las comisiones fallaras modifiquen sus pretensiones y en algunos casos, la tradición sufra una desvirtuación del principal motivo de dicha festividad.  Esto es uno de los aspectos principales por los que el trabajo de los artistas falleros vivan por momentos difíciles.

“Ahora mismo el oficio está en peligro de extinción. Es muy difícil vivir solo de las fallas. Es complicado tener un buen equipo y además, consideramos que no está pagado el gran trabajo que hacemos cada año, pero estaremos aquí porque esto es lo que nos gusta”, apuntan Vicente y José Enrique.

Otro de los aspectos a destacar es la devaluación del trabajo artístico. La falta de capital de las comisiones fallaras hacen que los propios artesanos ofrezcan monumentos por encima del valor real. Un hecho que se puede convertir en un problema en el futuro. “ Hace más de diez años que viene ocurriendo esto. Los artistas falleros llevan todo este tiempo haciendo fallas por encima de lo remunerado y llegará un día que explotará la burbuja”.

Este gremio también se ve afectado por los diferentes escenarios internacionales. Uno de los ejemplos más claros podría ser la obtención de los materiales para realizar los “ninots”. La subida de los precios de las materias primas, como la del petróleo, hace que el corcho o la pintura se encarezca de manera notable.

A pesar de ello, Sacabutxart vive su mejor momento. En estas Fallas plantarán diez monumentos en diferentes puntos de la Comunidad Valenciana, seis grandes y cuatro infantiles. “Este año hemos tenido que dar un paso hacia delante en los presupuestos y emprender”.

Sin lugar a dudas, un trabajo de los de cuidar, admirar y proteger. Una labor de los de antaño como los que José Enrique Giménez y Vicent Torres, y otros muchos más artistas falleros, hacen que la llama de las Fallas siga intacta después de tantos años.

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