Siete animales se han ahogado en la última semana
La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana ha alertado sobre el peligro que supone para la fauna silvestre el Canal Camp de Túria, donde a su paso por Llíria se han ahogado siete animales -cuatro crías de jabalí, dos corzos y una liebre- en la última semana.
La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana lleva años denunciando la situación sin que las administraciones locales, la Dirección Territorial de Valencia de la Conselleria de Agricultura, el MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) o la CHJ pongan solución efectiva. “Tan sólo se ha vallado un tramo de 450 metros por un solo lado, de los 16 kilómetros totales y se ha instalado una sola rampa para que los animales puedan salir”.
El presidente de la Federación de Caza, Raúl Esteban, subraya que “los animales se ahogan porque quieren pasar a la otra parte o porque se acercan a beber, caen y se ahogan”, por lo que urge a “poner vallas perimetrales, instalar más rampas de acceso y puntos de artificiales de agua a lo largo del canal y construir más pasos de fauna. Una solución que evitaría muchas muertes”.
Tanto la Federación de Caza como el Club Deportivo de Cazadores “La Concordia” de Lliria, reclaman medidas urgentes para evitar que se produzcan estas muertes. Según el informe técnico 7/2017 de Mortalidad de Fauna Salvaje en la Comunitat Valenciana, entre los años 1991 y 2016 el total de ahogamientos registrados ascendió a 406, un promedio de 28 por año.
El caso del Canal de Llíria no es un hecho aislado. Desde la Fundación Artemisan se ha llevado a cabo una campaña a nivel nacional con el lema “Canales de la Muerte” para alertar de que cada año, en España, miles de animales mueren ahogados en estos canales al quedar atrapados cuando intentan cruzar o a acercarse a beber agua. Corzos, jabalíes, liebres, conejos e incluso perros son las principales víctimas, ya que quieren cruzarlos, resbalan y quedan atrapados debido a la falta de protección. La fuerza del agua del canal los arrastra hasta el último tramo de Llíria- donde mueren ahogados, agotados ante la imposibilidad de salir.
El canal de Lliria tiene 70 kilómetros de longitud y fue construido entre 1949 y 1976. Sus aguas, que provienen del río Turia y el embalse de Benagéber, llegan a las zonas agrícolas del Camp del Túria con fines de regadío y aprovechamiento eléctrico.