El poblado ibérico de la Mont-ravana y el yacimiento de Valencia la Vella, a un paso de ser declarados BIC

La Conselleria de Cultura desbloquea 15 expedientes sin resolver que afectan a Llíria y Riba-roja de Túria

Los yacimientos arqueológicos de la Mont-ravana de Llíria y de Valencia la Vella en Riba-roja de Túria están a un paso de obtener la declaración de Bien de Interés Cultural después de más de 35 años de espera en el caso del poblado ibérico de la ciudad edetana.

La Conselleria de Cultura ha iniciado la tramitación para declarar Bien de Interés Cultural 15 yacimientos arqueológicos que estaban pendientes desde antes de 1998, cuando se aprobó la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano tras revisar todos los expedientes sin resolver.

El objetivo es culminar los procedimientos declarativos de determinados bienes inmuebles arqueológicos, y uno de ellos paleontológico, que tienen valores culturales singulares o excepcionales, dentro del ámbito del territorio valenciano y que por distintas circunstancias, se encuentran pendientes de su inscripción definitiva.

Estos bienes cuentan con un amplio reconocimiento social por la notoriedad de su implantación en el territorio en el que se emplazan como el poblado ibérico de Mont-ravana en Llíria y el yacimiento de Valencia la Vella de Ribar-roja de Túria.

El diputado y concejal de Compromís, Paco García Latorre, ha recordado que la declaración como BIC del poblado ibérico de Mont-ravana se inició en 1980, antes de la aprobación de la Ley de Patrimonio Valenciano y por lo tanto, “había que culminar el proceso y hacer su inscripción”.

El poblado ibérico de la Mont-ravana, descubierto por Fletcher, ocupa una superficie de 9.000 metros cuadrados amurallada, en la cumbre de un cerro ubicado a 10 kilómetros de Llíria.

El material recuperado “in situ” refleja un horizonte del Ibérico Pleno Edetano, parecido al del Tossal de Sant Miquel de Llíria, con la misma vajilla y con fósiles directores que llevan la fecha de la destrucción definitiva del asentamiento a principios del II a.n.e.

Para García esta es una muy buena noticia para la ciudad de Llíria, “una ciudad monumental que disfruta de un patrimonial excepcional y valioso y que, a partir de ahora contará con un nuevo elemento que pasará a formar parte del Patrimonio Cultural Valenciano como Bien de Interés Cultural”.

El reconocimiento de BIC conlleva la correspondiente protección del entorno y en los casos que sea necesario, los ayuntamientos están obligados a redactar planes de proyección de estos inmuebles.

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