La figura del capitán en un equipo deportivo es de sobras conocida por todo el mundo. Y la necesidad de que este rol exista y las funciones que ha de realizar el que lo desempeñe también están bastante establecidas. Esto es así si hablamos de equipos senior, claro. ¿Pero qué ocurre con los capitanes en equipos de jóvenes deportistas? ¿Benjamines, alevines, infantiles, cadetes…?
En ocasiones sucede que el chico o los chicos que han resultado elegidos para capitanear un equipo o bien no tienen claro cuál es su papel, o bien las tareas a desempeñar les resultan en una responsabilidad añadida que les cuesta manejar. Esto puede provocar una bajada de rendimiento y/o una desmotivación a la hora de practicar el deporte elegido. Recordemos que un factor importante de desmotivación es la sensación de falta de control sobre lo que estamos haciendo.
Quizás nosotros sepamos exactamente qué debe hacer un capitán de equipo, pero es muy probable que el chico no lo tenga tan claro. Por eso, el primer paso después de elegido el capitán es explicarle exactamente qué es lo que se espera de él. No hablarle de nociones vagas y abstractas de responsabilidad, compromiso, sentimiento, etc… sino decirle las acciones concretas que él va a realizar. Elaboraremos junto con él un listado de cosas concretas, que podremos ir aumentando conforme se vayan desempeñando exitosamente y en función de la edad.
El entrenador debe estar contínuamente vigilante de cómo está funcionando el capitán y hablar con él muy a menudo. A partir de ahí, y teniendo en cuenta todo lo anterior, se debe reforzar toda conducta que nos parezca que está siendo apropiada para ese rol de capitán. Al igual que hemos de hacer con el aspecto deportivo, también aquí estaremos prontos al elogio y al refuerzo explicándole exactamente qué conducta es la que hemos observado y que nos ha parecido que el joven ha realizado correctamente. Recordad que siempre reforzamos conductas, nunca resultados.
Si se observa que el chico elegido no realiza bien la tarea, deberemos replantearnos las cosas que ya hemos comentado: si no hemos explicado bien las funciones, si son demasiado complejas para el joven debido a su edad o cualquier otra causa, o si directamente el joven no está motivado para cumplir ese papel. A partir de ahí, en función de cuál sea el problema, plantearemos soluciones. Estas soluciones no deben incluir nunca ningún reproche ni menosprecio hacia el chico, sino más esfuerzo comunicativo por nuestro lado.
El capitán puede que sea él, pero la responsabilidad de que su tarea se lleve bien a cabo y beneficie el funcionamiento del grupo siempre será nuestra.
Jesús Martí Gómez
Coach Deportivo y Personal
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