Una de las competencias que debes desarrollar como entrenador para ser un buen líder de grupo es el de la comunicación. En este apartado tiene especial importancia la gestión de la información, es decir, cómo manejas y transmites la información para que ésta tenga un impacto plenamente positivo en el rendimiento ya sea individual o del grupo de jugadores.
Como entrenador debes ser capaz de transmitir la información de manera adecuada al equipo, y para ello es fundamental que prestes atención a tres puntos:
Asegurarte que la información es comprendida: No basta con comunicar, hay que asegurarse que todos los destinatarios entienden aquello que se está transmitiendo. Para ello debes conocer bien al destinatario y saber cómo éste procesa lo que se le dice. No todo el mundo es igual, así que tienes que ser capaz de tener muchas maneras de hacerte entender. Recuerda que tú eres el responsable de que el mensaje llegue bien, no ellos.
Informar en el momento adecuado: No todo se puede decir en todo momento. Has de buscar el momento en que tanto tú como el receptor de la comunicación estéis en las mejores condiciones para la transmisión de la información, para que ésta se convierta en fuerza de crecimiento. Aquí entran en juego tus capacidades de autocontrol emocional, de observación y de escucha activa.
Tener claro el objetivo: Es decir, no perder nunca de vista realmente qué quieres conseguir al transmitir esa información. Así serás capaz de improvisar y adaptar tu manera de comunicar con mucha más garantía de éxito. Por supuesto, que el objetivo sea constructivo y de mejora, y no simplemente con ánimo de recriminación.
Como ejemplos de momentos en los que la gestión de la información es clave, podríamos poner el que un jugador sepa porqué se queda en el banquillo. Si él sabe a qué se debe, y se le dice en qué puede mejorar o qué esperamos de él para volver a ganarse el puesto, conseguiremos que se ponga en marcha en la dirección correcta, y evitaremos que se desmotive o dirija mal su reacción. También es clave cuando un jugador falla, no sólo hacérselo ver sino además indicarle cómo lo podría haber hecho mejor. Eso evita situaciones de bloqueo.
En resumen podemos decir que tan importante como saber mucho, es el saber transmitirlo bien y en el momento adecuado. En la medida en que mejores en esa faceta serás mucho más eficaz en el desempeño de tus funciones, y todos tus conocimientos se verán plasmados en un mejor rendimiento en el terreno de juego.
Jesús Martí Gómez
Coach Deportivo y Personal
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