La relación que como entrenador tienes con los deportistas es uno de los aspectos que más demandan los técnicos deportivos a la hora de buscar el apoyo de un Coach. Necesitas ser consciente de cómo te relacionas con tus jugadores: si te relacionas de forma empática, o si lo haces prejuzgando, ya que influirá en todo el trabajo que vayas a realizar con el equipo.
Cuando prejuzgas estás trabajando con emociones negativas que se generan en tu subconsciente, y que te llevan a formular conclusiones prematuras sobre los jugadores. Estas conclusiones se basan en percepciones o informaciones incompletas y distorsionadas.
En este aspecto, el proceso de Coaching te ayuda a la hora de indagar porqué reaccionas de forma negativa frente a determinados hechos, comportamientos o personas. Cada vez que prejuzgas no estás valorando las cosas conforme a lo que percibes sino a ideas predeterminadas que ya tenías en la cabeza, lo que probablemente te llevará a ser injusto en tus conclusiones y decisiones.
Por el contrario, al trabajar la empatía estarás observando las cosas desde el punto de vista del jugador. Comprenderás sus sentimientos, sus inquietudes y preocupaciones. Con esto lograrás entender a la persona y serás más capaz de trabajar todos aquellos aspectos que a él le ayuden a mejorar, y por tanto a sumar para el equipo.
El jugador se sentirá comprendido y aceptado por ti, lo que le ayudará a hablar más fácilmente contigo desde cuestiones de entrenamiento y rendimiento hasta temas más personales. Al comprender mejor al jugador reducirás las malas interpretaciones tanto por tu parte como por la suya, permitiendo una mejor comunicación y creando un ambiente de trabajo más agradable. Puede que ya tengas ese nivel de confianza con algunos de tus jugadores, porque su personalidad y la tuya congenian de manera natural, pero la idea es extenderlo a todos para poder gestionar más eficazmente el grupo y poder así aumentar tu capacidad de liderazgo.
Así que cuando te relaciones con tus jugadores trata de hacer preguntas abiertas, aquellas cuya respuesta no es un simple sí o no, sino que les inciten a pensar y reflexionar. Sé positivo, escucha atentamente y no emitas juicios negativos. Has de tratar de captar correctamente los significados de aquello que el jugador te transmita, y para ello has de estar completamente abierto y sin prejuzgar.
Eso sí, no se trata de que seas un terapeuta ni que confundas la empatía con hacer de psicólogo, emitiendo diagnósticos. Ni pienses que empatizar significa estar siempre de acuerdo en todo con tus jugadores. Se trata de ponerte en su piel para entenderlos, y a partir de ahí poder tomar tus decisiones de una manera más fundamentada y eficaz.
Jesús Martí Gómez
Coach Deportivo y Personal
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