AÑO: 2009
DURACIÓN: 134 min
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Clint Eastwood
GUIÓN: Anthony Peckham
MÚSICA: Kyle Eastwood, Michael
Stevens
ACTORES: Morgan Freeman,
Matt Damon, Tony Kgoroge, Julian
Lewis Jones, Adjoa Andoh,
Patrick Mofokeng, Matt Stern,
Leleti Khumalo.
PRODUCTORA: Warner Bros
GÉNERO: Drama
Si algo caracteriza la obra de este grande y fecundo cineasta que es Clint Eastwood es la capacidad que tiene de construir una historia y hacerse con los medios necesarios por contárnosla. Podríamos decir que su cine es expresión de aquello que se denomina “clasicismo”: ninguna complejidad estructural, una puesta en escena convencional, una trama lineal… Es todo esto sinónimo de cosa fácil? En absoluto. El valor de toda narración no es el método que se utiliza a la hora de hacerla explícita, sino el resultado final que no es más que la suma positiva de todos los elementos puestos en juego. Y Clint Eastwood nos demuestra en cada una de sus cintas que domina el medio cinematográfico.
Pues bien, en esta ocasión el director americano en Invictus nos cuenta la verídica historia de como Nelson Mandela (Morgan Freeman) unió sus esfuerzos con el capitán de la selección de rugby (Mate Damon) por ayudar a tapar rendijas en un país dividido, entre otras cosas, por el color de la piel. El presidente Mandela es consciente de que su nación sigue estando desestructurada debido a las secuelas del Apartheid. Convencido de que el deporte puede ser un elemento importantísimo para sumar voluntades populares, Mandela apoyará al desamparado equipo de rugby sudafricano cuando, con pocas posibilidades, participa en el campeonato mundial del 1995.
Un sueño, una nación, o, dicho de otra manera, una victoria, una reconciliación. Esta épica simbólica recorrerá todo el film y como tal épica dispondrá de dos héroes que trabajan en campos diferentes (el capitán de la selección y el presidente del país), pero con un mismo objetivo: la necesidad que el país tenía de creer en alguien, en algo. Una lucha por un objetivo humano aliñado de valores en positivo y que Eastwood nos presenta cargados de alto voltaje emocional.
Invictus nos habla de un líder que aprovecha los casi treinta años de prisión que sufrió como catarsis al servicio de su pueblo, al servicio de un ideario humanista dónde no tenía cabida el odio, la venganza, sino el perdón y la reconciliación.
Soberbia la interpretación de Morgan Freeman y notable también la de Mate Damon como personajes centrales de la trama. A destacar también la escena inicial con los blancos jugando al rugby y los negros al fútbol (todo un juicio de intenciones) y la última escena, maravillosamente filmada, de la final del mundial que ganará y como el valor de la victoria acontecerá la metáfora necesaria que forjará la identidad nacional.
INVICTUS
AÑO: 2009
DURACIÓN: 134 min
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: Clint Eastwood
GUIÓN: Anthony Peckham
MÚSICA: Kyle Eastwood, Michael
Stevens
ACTORES: Morgan Freeman,
Matt Damon, Tony Kgoroge, Julian
Lewis Jones, Adjoa Andoh,
Patrick Mofokeng, Matt Stern,
Leleti Khumalo.
PRODUCTORA: Warner Bros
GÉNERO: Drama
Si algo caracteriza la obra de este grande y fecundo cineasta que es Clint Eastwood es la capacidad que tiene de construir una historia y hacerse con los medios necesarios por contárnosla. Podríamos decir que su cine es expresión de aquello que se denomina “clasicismo”: ninguna complejidad estructural, una puesta en escena convencional, una trama lineal… Es todo esto sinónimo de cosa fácil? En absoluto. El valor de toda narración no es el método que se utiliza a la hora de hacerla explícita, sino el resultado final que no es más que la suma positiva de todos los elementos puestos en juego. Y Clint Eastwood nos demuestra en cada una de sus cintas que domina el medio cinematográfico.
Pues bien, en esta ocasión el director americano en Invictus nos cuenta la verídica historia de como Nelson Mandela (Morgan Freeman) unió sus esfuerzos con el capitán de la selección de rugby (Mate Damon) por ayudar a tapar rendijas en un país dividido, entre otras cosas, por el color de la piel. El presidente Mandela es consciente de que su nación sigue estando desestructurada debido a las secuelas del Apartheid. Convencido de que el deporte puede ser un elemento importantísimo para sumar voluntades populares, Mandela apoyará al desamparado equipo de rugby sudafricano cuando, con pocas posibilidades, participa en el campeonato mundial del 1995.
Un sueño, una nación, o, dicho de otra manera, una victoria, una reconciliación. Esta épica simbólica recorrerá todo el film y como tal épica dispondrá de dos héroes que trabajan en campos diferentes (el capitán de la selección y el presidente del país), pero con un mismo objetivo: la necesidad que el país tenía de creer en alguien, en algo. Una lucha por un objetivo humano aliñado de valores en positivo y que Eastwood nos presenta cargados de alto voltaje emocional.
Invictus nos habla de un líder que aprovecha los casi treinta años de prisión que sufrió como catarsis al servicio de su pueblo, al servicio de un ideario humanista dónde no tenía cabida el odio, la venganza, sino el perdón y la reconciliación.
Soberbia la interpretación de Morgan Freeman y notable también la de Mate Damon como personajes centrales de la trama. A destacar también la escena inicial con los blancos jugando al rugby y los negros al fútbol (todo un juicio de intenciones) y la última escena, maravillosamente filmada, de la final del mundial que ganará y como el valor de la victoria acontecerá la metáfora necesaria que forjará la identidad nacional.
no pone los valores positivos