Recorrido por la evolución histórica del castillo de Bétera
El castillo de Bétera es una edificación fortificada en la que su torre principal proviene de una torre árabe que ya existía durante la dominación musulmana. Además de esta torre vigía, en esta población, encontramos la torre Bofilla que ha sido recientemente restaurada y con la que tiene una comunicación visual directa.
La torre principal del castillo destaca por tener mayor altura que las demás y se encuentra construida con la técnica del tapial, al igual que ocurrirá con el resto de torres del mismo periodo.
La primera documentación escrita en la que hace referencia a este castillo data de 1238 y se recoge en la “Crónica o llibre dels feits” y recoge como el rey Don Jaime I toma posesión de los poblados de Bofilla y Bétera.
El 30 de diciembre de 1347, cercano a Bétera, se enfrenta el ejército de La Unión (apoyado por la población) y el ejército real, ensalzándose la victoria hacia el lado unionista. Diecisiete años después (1364) la rebelión es sofocada por las fuerzas de la realeza y el rey ordena la destrucción del castillo de Bétera y prohíbe que se vuelva a construir. Dicha destrucción se llevó a cabo, aunque se mantuvo la torre principal y algunos de sus muros.
En 1862 los Marqueses de Dos Aguas ceden la posesión y uso del castillo (aunque no donan la propiedad) a la Junta de Montes para destinarlo como asilo y para uso de escuela infantil. Ya en pleno siglo XX, a finales de los años 60 desaparece una torre ubicada a la izquierda de la torre principal, vista desde la Plaza del Castell, a causa de su derrumbamiento. Con la caída de esta torre desaparece la espadaña original de ladrillo que sostiene la campana de la capilla y se construye otra similar en los muros que continúan en pié.
En 1981 el inmueble deja de emplearse para los fines que fue cedido y vuelve a manos del Marqués de Dos Aguas, el cual lo dona al Ayuntamiento con el fin de destinarlo a Centro de Formación Cultural, Museo Público y Biblioteca. Ese mismo año se derrumba un forjado a causa del mal estado de uno de los muros del tapial y 3 años después (1984) comienza la restauración del castillo bajo la supervisión de Francisco Jurado Jiménez.