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El perfil del cuidador

En la mayoría de las familias es una única persona la que asume la mayor parte de la responsabilidad de los cuidados. La mayor parte de estos cuidadores principales son:

· La mayoría de los cuidadores son mujeres.
· De entre las mujeres cuidadoras, un 43% son hijas, un 22% son esposas y un 7’5% son nueras de la persona cuidada.
· De entre 45 y 65 años de edad.
· En su mayoría están casados.
· Una parte muy sustancial de cuidadores comparten el domicilio con la persona cuidada.
· En la mayoría de los casos no existe una ocupación laboral remunerada del cuidador.
· La mayoría de los cuidadores prestan ayuda diaria a su familiar mayor.
· Gran parte de los cuidadores no reciben ayuda de otras personas.
· La rotación familiar o sustitución del cuidador principal por otros miembros de la familia es moderadamente baja.
· Percepción de la prestación de ayuda: cuidado permanente.

Una parte de ellos comparte la labor del cuidado con otros roles familiares como cuidar de sus hijos.

Principales dolencias de los cuidadores

Uno de cada cuatro personas al cuidado de personas mayores, padece algún tipo de dolencia física, principalmente de tipo muscular.

Los principales riesgos laborales derivados del cuidado de dependientes son la carga física por sobreesfuerzo, las caídas al suelo o el estrés laboral por exceso de trabajo. Asimismo, destacan, en función del trabajo, los riesgos por contacto con productos químicos, el contagio de enfermedades, la carga mental o el estrés emocional por asistir al sufrimiento de una persona a la que le une una relación familiar y afectiva, entre otros.

Normalmente, la atención a las personas dependientes se realiza en el ámbito familiar, lo que supone una gran carga para los cuidadores, que mayoritariamente, son mujeres. La falta de información sobre cómo llevar la situación o dónde pedir información, el trastorno que ocasiona en la familia o la creencia de que la atención de un familiar es una obligación moral, hace que la ansiedad o la depresión sean cuatro veces más frecuente en estas personas que en el resto de la población.

Cómo cuidar a la persona dependiente

Favorecer su autonomía. Enseñarle a hacer por sí solo el mayor número de actividades posibles. Ayudarle solamente en situaciones que realmente sean necesarias y no hacer aquello que esta persona puede hacer por sí sola.

Favorecer la autoestima. Si posee capacidad, debemos dejarle que sea nuestro familiar quien tome sus propias decisiones y que participe en las decisiones familiares. Debe estar integrado en la familia, tener en cuenta su opinión y sus deseos.

Acondicionar la vivienda. La vivienda debe estar preparada para sus limitaciones o características físicas. Debemos eliminar obstáculos e introducir mobiliario y utensilios útiles y adecuados, que le permitan moverse con mayor autonomía. Como es el caso de personas en sillas de ruedas o similares.

Ricardo Cervera Benlloch alt
Director/gerente de BENCLINIC
Para obtener más información, visita www.benclinic.es

 


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