Robert Raga, alcalde de Riba-roja
Una amplia representación valenciana asistimos a finales de junio en Barcelona a la 21 edición del Salón Internacional de la Logística en el que quedó constatado, una vez más, que la Comunitat Valenciana se ha convertido en los últimos años –a base de esfuerzo e inversiones de las administraciones públicas- en el auténtico motor del sector logístico en España. Junto a una enorme variedad de operadores europeos, representantes públicos llegados de otras comunidades y expertos en la materia, se puso sobre la mesa la necesidad de que la libre circulación de los productos que nuestras empresas deben trasladar de unos países a otros sea una realidad palpable. No solo se trata de una cuestión de tiempo, de la rapidez o agilidad con que unos productos pasan de unas áreas a otras en el espacio de la Unión Europea, sino de que cada vez más este sector debe quedar exento de cualquier atisbo de disputa política o del debate diario entre los distintos partidos políticos. Se trata de pactar una serie de mínimos que nos permitan avanzar en la senda de las comunicaciones y el transporte a lo largo del mediterráneo más allá de posibles cambios de gobierno o de periodos de incertidumbre. Nuestras empresas, nuestras Pymes y nuestros emprendedores merecen de una dedicación adicional para que sus esfuerzos en la creación de empleo y en la redistribución de la riqueza queden al margen de la ambición del político de turno. El gobierno de la Generalitat -cuyo conseller de Política Territorial, Arcadi España, encabezó la representación en el Salón de Barcelona- es un buen ejemplo de esa forma de gestionar en el que se anteponen esos intereses generales sobre cualquier otro intento de obtener réditos electorales partidistas.
El conocido corredor mediterráneo ha experimentado, en ese sentido, progresos sustanciales en su ejecución, tal y como desde diversos sectores se ha reclamado con insistencia. El sector de la logística observa con expectación las últimas novedades. El verano que llega a su fin dentro de pocas semanas ha sido fructífero en esos avances que exigen nuestras empresas, hasta el punto que se han adjudicado tramos importantes como el de Castelló-Vinaròs y Vinaròs-Vandellós por valor de 81,8 millones de euros. Junto a este se han adjudicado también otros 291’5 millones de euros para llevar a cabo el tramo Nudo de la Encina-Xàtiva-Valencia –en total 116 kilómetros de distancia- que servirán para adaptar nuestro territorio al ancho europeo. Se trata de una ambiciosa apuesta del Gobierno de Pedro Sánchez por profundizar en ese reto que constituye situarnos al mismo nivel que otros países del centro de Europa.
Esa pujanza de nuestra Comunitat por liderar el sector logístico nos llevó en abril del pasado año a acoger la primera edición del Foro de las Áreas de Alto Potencial Logístico entorno al denominado G6 que agrupa a empresas de Arteixo (Galicia), Mondragón (País Vasco), Martorell (Cataluña), Riba-roja de Túria (Comunitat Valenciana), Mérida (Extremadura) y Antequera (Andalucía). Desde esta experiencia conjunta que iniciamos en aquel momento –única en nuestro territorio- queda un amplio camino por recorrer en el que empresas, administraciones públicas y agentes sociales debemos ir de la mano, de forma que si aunamos los esfuerzos y las sinergias que se creen a su alrededor tendremos ya una ventaja sobre otras propuestas que se puedan originar en ese futuro que se abre en el horizonte más próximo y en el que se vislumbra, a pasos agigantados, nuevas perspectivas en un espacio cada vez más competitivo y en el que el éxito dependerá de la innovación y la originalidad.
Todo eso está muy bien pero la planificación y ejecución del acceso a los polígonos industriales deja MUCHO QUE DESEAR. En eso, no estamos a la misma altura que otros países de Europa.
Ahora mismo, con el incremento del número de empresas, el acceso por la A-3 a la REVA se colapsa en horas puntas ya que SOLO hay un punto de entrada a todo el polígono. TAMPOCO se ha segregado el tráfico industrial del urbano o residencia con el consiguiente riesgo para los ciudadanos que van de paso a sus casas y se ven forzados a circular con el tráfico pesado.
Señores políticos, no puede ser que el crecimiento ecónomico se haga a costa del bienestar de los ciudadanos. Lo verdaderamente importante es el CRECIMIENTO SOSTENIBLE que logre, en la medida de lo posible, armonizar la convivencia ciudadana y el respeto al medio ambiente con los intereses de estos mega parques logísticos e industriales.