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Reflexiones sobre las causas y las posibles soluciones del Covid

Robert Raga

Robert Raga, alcalde de Riba-roja de Túria y presidente del Consorcio València Interior

“El 70% de los últimos brotes epidémicos que hemos sufrido tiene su origen en la deforestación y en esa ruptura violenta con los ecosistemas y sus especies”. Son las palabras contundentes de María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las que advierte, con desazón, de las terribles consecuencias que la mano del hombre ha supuesto en la contribución inexcusable del deterioro de nuestro entorno.

Desde hace tiempo, incluso años y lustros, veníamos escuchando, insistentemente, estas advertencias que desde los estamentos científicos y ecológicos se lanzaban sobre la opinión pública. Parecía que esas invectivas no iban con nosotros y serían las futuras generaciones, dentro de muchos años, las que pagarían la factura sobre la actuación humana actual. Sin embargo, no ha hecho falta esperar más tiempo.

La factura de la mano del hombre sobre los ecosistemas la estamos pagando ya actualmente, y con creces. Hace un año ahora, precisamente, que estamos sufriendo esas malas conductas del ser humano y sus actuaciones sobre nuestro medio ambiente. La aparición de nuevas enfermedades -cada vez más contagiosas, mortales e incontrolables- son el peaje que debemos abonar para continuar viviendo al tiempo que nos obliga a reformular el mundo como lo conocíamos hasta ahora.

A juicio de la experta de la OMS, hay que luchar contra la contaminación, proteger el océano ante la proliferación de plásticos ya que se trata de una fuente de recursos para millones de personas en el mundo y, al mismo tiempo, Neira incide en la necesidad de divulgar las consecuencias del cambio climático sobre nuestra propia salud. Luchar contra la contaminación y promocionar políticas verdes y renovables se erigen como algunas de las claves que se vislumbran a corto y medio plazo para intentar salvar el estatus quo del que disfrutamos actualmente.

Un cambio de modelo en la concepción de las ciudades, muy pobladas y, por tanto, una correa de transmisión de enfermedades, se abre paso en este relato sobre las decisiones que los gobiernos mundiales deben tomar, con decisión y rapidez. Algo que, a veces, no siempre va de la mano, en ocasiones demasiado constreñidas por el egoísmo y la falta de solidaridad internacionales. La economía circular, muy de moda desde mucho antes de la pandemia, es ahora más que nunca una de las claves que pueden ayudar a configurar un planeta más sostenible, más limpio y respetuoso con nuestro entorno natural.

Saber aprovechar todos nuestros recursos naturales para el funcionamiento del sistema productivo y la erradicación de las emisiones de dióxido de carbono son la punta del iceberg sobre el que deben pivotar las actuaciones de los gobiernos, especialmente las administraciones locales que somos, al fin y al cabo, las más próximas y cercanas al ciudadano.

Los ayuntamientos debemos ser el espejo sobre el que se miren y reflejen nuestros vecinos para que cada persona, desde su propio poder de decisión, se conciencie sobre la necesidad de contribuir a un mundo más justo, solidario y sostenible con el medio ambiente. Fomentar más los transportes públicos, aumentar las zonas verdes en nuestros municipios, propiciar las políticas basadas en el reciclaje y el consumo responsable y, por último, vivir en armonía con nuestro entorno son algunos de los conceptos que debemos incorporar en cada una de nuestras actuaciones.

Por ejemplo, en Riba-roja de Túria estamos trabajando actualmente en un programa europeo denominado Génesis Túria para erradicar la caña invasora en los márgenes del río Túria que nos permitirá conseguir un ecosistema autóctono capaz de regenerarse de forma autónoma y contribuir al medio ambiente y la plantación de bosque de ribera. O el programa Guardian destinado a reutilizar el agua de la depuradora para prevenir posibles fuegos en la Vallesa.

Además, también está previsto un área de 27 hectáreas de zona verde en el polígono del Oliveral. Plantar más árboles y reutilizar el agua de las depuradoras serán esenciales en su ejecución. Sin olvidar, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que estamos en vías de cumplimiento. En esencia, son algunos de los ejemplos que debemos potenciar como solución indefectible ante los retos que esta pandemia se ha encargado de destapar.

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