ROBERT RAGA GADEA, alcalde de l’Ajuntament de Riba-roja de Túria.
Ahora que se cumplen dos años desde el comienzo de la pandemia, conviene poner en valor algunos de los fenómenos que se han sucedido durante este periodo de tiempo en nuestra sociedad. En términos económicos, el sector logístico es uno de los que ha aumentado en todos sus parámetros hasta alcanzar cifras nunca registradas en la Comunitat Valenciana. Todos los estudios y análisis realizados por las consultoras y la administración así lo corroboran, con datos y cifras concretas que no dejan lugar a dudas. Somos una de las zonas más pujantes del arco mediterráneo en la proliferación de las empresas dedicadas a la logística. Un área geográfica estratégica con un valor añadido: la existencia de suelo suficiente para permitir un crecimiento sostenible a corto y medio plazo. Durante los últimos meses, hemos leído en los medios de comunicación la alta demanda de suelo para atender las necesidades de las empresas en nuestros polígonos. En el ámbito de la Comunitat Valenciana se han llegado a superar las compras de suelo en más de un 135% referente a los últimos meses del pasado año 2021. De hecho, en la provincia de València, somos varios los municipios que albergamos en nuestros polígonos una buena parte de esas empresas que, llegadas desde otros puntos de España e incluso de Europa, apuestan por nuestra geografía. Quieren crecer y expandirse en toda su extensión sin que ninguna cortapisa constriña su pretensión. En este sentido, las administraciones públicas debemos trabajar codo con codo con el sector logístico para propiciar la instalación de nuevas empresas en nuestros municipios, uno de los motores económicos que poseemos. Los ayuntamientos, por ende, debemos jugar un papel importante a la hora de configurar el ecosistema administrativo que ayude a trazar la hoja de ruta de un sector esencial en la actualidad.
La evolución de los usos sociales, las nuevas formas de comprar o el incremento del comercio on-line son algunos de los factores que han propiciado este fenómeno del sector logístico nunca visto antes. Por ello, es necesario que, entre todos, ayuntamientos, Generalitat y Gobierno conjuguemos todos nuestros esfuerzos por dotar a nuestros polígonos de buenas comunicaciones, especialmente, carreteras y otros medios de transporte como el tren para trasladar los productos sin ningún tipo de problema. Ahora es el momento de invertir en todos aquellos proyectos que llevan demasiado tiempo enquistados y que son necesarios para facilitar la recuperación económica. Buenos accesos con la Nacional III, la A-7 o el corredor mediterráneo son algunos de los elementos que compartimos en buena parte de la provincia y que se deben mejorar, con un proyecto riguroso y con inversiones económicas adecuadas. Somos conscientes del esfuerzo que la Generalitat, con su presidente Ximo Puig a la cabeza, ha realizado en los últimos años, pero no debemos caer en la complacencia y continuar reivindicando y reclamando todo lo que pensamos que es necesario para el progreso y el bienestar de nuestra sociedad. Para ello, los fondos europeos de la reconstrucción y la recuperación económica son esenciales para contribuir en esta tarea. En el caso de Riba-roja de Túria, hemos realizado un somero repaso de todas las áreas municipales en las que hemos elaborado 34 proyectos que necesitan de una inversión adecuada de esos fondos europeos. Destacamos el departamento de Fomento, con hasta cuatro proyectos entre los que sobresalen la creación de un centro de capacitación profesional, el proyecto Riba-roja Modenitza’t” sobre la modernización de las empresas de la localidad en términos de implantación de las nuevas tecnologías, el proyecto “InnovenTuria” sobre la creación de un ecosistema de captación y formación del talento e innovación en las áreas industriales o “Ecocircular Ribareciplas” sobre las empresas del sector del plástico, uno de los sectores más importantes en España. Bajo estas premisas, emprendemos el camino de la consolidación de la recuperación económica, con ánimo de incentivar y adecuar nuevas inversiones como fuente de creación de empleo y redistribución de la riqueza.