Espero que después del atracón sexual que os recomendé en Navidad, hayáis descansado lo suficiente para esta nueva entrega. Esta columna va dedicada a todos, pero especialmente a los que, como yo, hace mucho que tenemos una pareja fija y de vez en cuando nos preguntamos: ¿ser o no ser?.
Como adivinaréis, no me refiero a ser astronauta, sino a adornar a nuestra pareja con unos maravillosos cuernos. Como decía el padre de una amiga mía: “Un hombre sin cuernos es como un jardín sin flores”. O mi amiga Grisela: “Los cuernos duelen al salir, pero luego sirven para defenderse”.
Es fantástico sentir una boca nueva recorrer nuestro cuerpo, el peso de otro cuerpo nuevo sobre el tuyo, son otras emociones, otras sensaciones que te llenan de forma distinta, en definitiva pasar un rato genial, dejarlo atrás, llegar a casa y comprobar que todo sigue igual, pero que puedes repetir cuando quieras.
La gente se pregunta porqué, yo les digo que para divertirse, para darle vidilla a una relación, no sé, que cada uno elija el motivo para hacerlo. Muchos estamos inmersos en una relación estupenda, pero necesitamos ese punto canalla que te ofrece una infidelidad. Como vuestras parejas probablemente, a no ser que tengáis la relación abierta ideal, no lo entiendan… CERRAD LA BOCA!!!!
Porqué hay que cerrar la boca? Cual es el precio a pagar? Personalmente puedo soportar sufrir 2 ataques de culpabilidad al día a cambio de que mi pareja siga mirándome con ese amor incondicional como lo hace hasta ahora. Lo mejor es buscarse a alguien que a su vez tenga pareja, será discreto y nunca exigirá exclusividad. Si no queréis ataros os buscáis un señor o señora casad@s, lo que garantiza que nunca se pondrá pesad@ aunque lo mejor, según mi amiga Nuria, son los polvos esporádicos de fin de semana, cuando tu novio se queda durmiendo porque a la mañana siguiente juega un partidito o vivís en ciudades distintas por motivos de estudio o trabajo.
Los polvos de fin de semana son sencillos, sin preguntas… Tan fáciles de recibir como de olvidar. En definitiva, a no ser que te pillen, ser infiel tiene muchas ventajas: aumenta la autoestima, reactiva tu vida de pareja, el morbo te hace ser más audaz y por supuesto, agudiza el ingenio. Como ejercicio para prevenir el Alzheimer os recomendaré estar más pendiente y acordarte de tus propias mentiras para ser infiel que un cuadernillo de sudokus.
Feliz infidelidad!!!
Lady Bitxeja
Pues yo prefiero poner los cuernos que ser cornuda, vamos, lo que se llaman cuernos preventivos.
No va a haber más entradas de esta columna???
JAJAJAJA, ¡yo es que me parto con esta mujer!