Parafraseando la mítica canción del cantante Loquillo, “Cuando fuimos los mejores”, ésta vez sí, los nuestros sí que fueron los mejores, los mejores de toda la región, y en aquellas dos temporadas mágicas hondeó en lo más alto la bandera del equipo de fútbol de L’Eliana. El brillo cegador de aquella plantilla de ensueño todavía sigue iluminando a los deportistas de este pueblo, justo cuando no podemos pasar por alto que se cumplen, exactamente, dos décadas de todas las proezas que consiguió un grupo humano verdaderamente soberbio.
Veinte años, que no es nada, de las espeluznantes paradas de Dani Cortijo, o de la eclosión de una estrella, Ricky Dáries, o de las diabluras de una delantera absolutamente letal, como la que formaban Tahíche, Alberto, Parra, Toni….
El domingo 6 de Junio de 1995, tras partido disputado en el Polideportivo Municipal elianero, ante el Bétera CF, y saldado con una aplastante victoria por 3-0, se certificó la consecución del Campeonato absoluto del equipo en el Grupo 2º de la Primera Regional, con Ascenso automático a una potentísima Regional Preferente de entonces. Aunque había sido en Mayo cuando se consiguió el título, con una superioridad que se tornó, al final, hasta casi insultante. Cabe recordar, como anécdota, que los nuestros, ya con el título en el bolsillo, saltaron al terreno de juego completamente rapados, en señal de explosión del contenido júbilo.
Tan sólo el equipo amateur del Levante U.D. había podido mantener mínimamente el tipo ante la estela de un elenco de jugadores de tan altísimo nivel, que, sin duda ninguna, hoy en día militaría en la Tercera División. La superioridad, ya desde las primeras jornadas, fue bastante notoria. Siempre son cuestionables estas valoraciones, pero no vamos demasiado desencaminados al afirmar que aquella plantilla se encuentra entre las tres o cinco mejores de todos los tiempos, en un Club que camina, a galope, hacia los noventa años de existencia.
Líderes absolutos en la clasificación. Disputaron 38 partidos, de los que salieron victoriosos en ¡25 ocasiones! ¡Nada menos que en un escalofriante 65,78% de los casos! Con 9 empates y tan sólo 4 derrotas, apenas un 10%. Es decir, de cada 100 partidos jugados salieron invictos o victoriosos en un increíble ¡90% de los casos! Y del coeficiente goleador ¡para qué hablar! ¡91 goles a favor y tan sólo 26 en contra! Fueron máximo equipo realizador de la Categoría y equipo menos goleado. Todos estos datos demoledores demuestran, a las claras, que fueron un equipo demoledor y terrible.
Son acreedores al máximo galardón todos los engranajes que compusieron el equipo. Desde Presidente, un entrenador que debutaba y lo hizo a lo grande –David Ibáñez-, Cuerpo Técnico, un masajista muy especial –como fue Alfonso Laosa-, el inolvidable utillero Pedro, los propios jugadores y la misma Afición, que con sus gritos de aliento y sus aplausos apuntaló las esperanzas deportivas de todo un pueblo. Todos ellos han entrado, por derecho propio en el Olimpo de los grandes equipos jamás vistos en esta localidad. Justo es, por tanto, rendir el merecido tributo que merecen aquellos héroes del balón.
Bien armado estaba el equipo desde sus cimentos, con una Directiva ejemplar. Vicent Escrivá fue Presidente admirable, trabajador infatigable. De su rectitud en el trabajo emanan muchos de los éxitos conseguidos. Recordar, también, la labor de Paco Moliner, mucho más que tesorero del Club en aquellos años. ¡Todo planificado y controlado hasta el mínimo detalle!
Esa temporada 1994/95 había comenzado de la peor manera posible, con la inesperada y trágica desaparición del entrenador Luís Fuertes, pero la solución, casi de emergencia, fue fantástica. La Historia, más justa que nunca, no ha privado de ningún honor a Luís, que sigue siendo considerado por el elianismo como entrenador, desde el Cielo, del equipo campeón. Allá donde quiera que se encuentre, reciba desde la Tierra nuestro emocionado recuerdo. Su traumática desaparición hizo que se estrenara en el cargo alguien que no hacía nada de tiempo era jugador de campo con el equipo. Un buen futbolista de equipo, David Ibáñez, defensa, por más señas, tenía condiciones innatas para el cargo, como así ha demostrado posteriormente, en una carrera deportiva plagada de éxitos. Ha entrenado a equipos como el Benaguasil CF y ha dirigido los destinos de equipos, en Tercera División, como el Juventud Barrio el Cristo, o su equipo actual, el Atletic Alginet.
David lo hizo todo bien. Conocía muy bien a los chavales, casi compañeros suyos. Desde el principio pudo observarse que tenía el don que tienen los grandes entrenadores, capaces de ser cómplice de los jugadores, en muchos momentos, pero capaces de sacar el “látigo deportivo” si así lo requería la situación.
La táctica habitual, en aquellos años, era el clásico “4-4-2”, con alguna variación, a veces, en el sentido de colocar un solo punta. En cuanto al equipo, en sí, hagamos una breve pincelada, con la puntualización de que es enormemente fácil que se produzca algún olvido involuntario. Contamos, en conjunto e indistintamente, con los jugadores de esas dos temporadas mencionadas, 1994/95 y 1995/96.
Dani Cortijo cuajó dos temporadas sublimes. Gracias a sus prodigiosas manos se obtuvieron muchos puntos ganadores. Gran colocación, muchísimos reflejos, valentía e instinto de gran guardameta. Se decía de él que paraba lo parable y lo imparable. También fue alineado en el equipo Nacho del Baño, buen cancerbero también, al igual que Toni Castaño, su tercer compañero de demarcación, que fue jugador ejemplar y siempre respondió cuando fue requerida su presencia.
La defensa fue una línea admirable. Por la derecha, “Sesé”, “el de la eterna muñequera”, jugador expeditivo e infranqueable. También otro efectivo que siempre respondía, Dani “Tija”.
Nos quitamos el sombrero ante Ximo de la Torre, posterior jugador de 3ª División, con el Ribarroja CF. Marcó todo un hito por la banda izquierda. Fue un pionero de lo que hoy entendemos como carrilero. Era un espectáculo verlo correr por toda su zona, arriba y abajo.
Figueruelo, zurdo cerrado, se convirtió en un auténtico dueño de la banda izquierda. Inolvidable su marcaje al brasileño Jarley, al que secó completamente.
Para la siguiente temporada se incorporó a Zacarés, un lateral de muchas facultades y contundente.
Pesos pesados en el eje de la zaga. Fernando Giner “Porolo”, poseedor de muchísima clase. Ya había jugado en Preferente con el Manises CF. Ambidiestro. Como el “Piqué” de su tiempo. Juan Carlos, el “dandy”, el “Djukic”, todo clase y potencia. Edu Monserrat, asimilable al “Ricardo Arias” del Valencia CF. El hijo de Juanín, ya provenía de Categorías Inferiores elianeras. Brilló como las estrellas, una de las figuras, hasta tal punto que sería fichado después por el Benaguasil CF.
Para el centro del campo una pareja estelar por el centro. Miguel Moliner y Ricky Dáries, en los momentos álgidos de sus carreras, fueron el mejor dueto medular del campeonato. ¡Qué potencia y qué clase deportiva la de ambos! No sólo eran infranqueables, a nivel defensivo, sino que de sus mentes prodigiosas se “cocía” todo el fútbol del equipo. Por si no fuera poco, estaban reforzados por jugadores de la talla de Luís, hermano de Miguel, gran “pasador”, que solía alinearse por la derecha. Miguel era el capitán del equipo, pero no sólo eso. Era su corazón, el director de orquesta, el líder. Muy técnico y con muy buen pase corto.
Otro sobresaliente jugador, Vicent Escrivá. Tremendamente singular, capaz de inverosímiles jugadas. Como anécdota, no han podido olvidarse sus lanzamientos de penaltis tan peculiares, con disparos tan “mansos” como efectivos. Muy buena trayectoria la suya.
Samuel se constituyó como el “stopper” del centro del campo. Fue todo un valladar en una zona tan sensible, el análogo perfecto a David Albelda. Toni Climent, conocido como “Lambada”, marcó todo un estilo de hacer fútbol, casi como un “baile”. Pocos han tenido un regate tan prodigioso como el suyo.
Ricky Dáries fue uno de los jugadores más técnicos del equipo y con más calidad. Todo un diamante. Era quien marcaba “il tempo” del equipo. ¡Cómo paraba el balón! ¡Qué dominio! Su visión del juego era única. Trayectoria muy longeva en el Club. De ahí arranca su más que prometedora actual carrera como entrenador.
Pero el equipo no se quedaba “manco” en la punta de ataque, lo que es muchas veces más vistoso en el fútbol. Comencemos por José Francisc0, extremo izquierdo rematadamente técnico. Zurda de oro, jugador de contragolpe y con instinto de gol.
Alberto, otro de los “cracks”, un virtuoso, todo un fuera de serie, veloz, incisivo, creativo. Ficharía posteriormente por el Benaguasil. Velocísimo, uno de los más rápidos de todos los tiempos. Con el balón en los pies era mortal.
Toni Hernández fue todo potencia, aunque no exenta de calidad. Como hemos ya reseñado, suyo fue el “gol del Ascenso”.
Toda una delicia ver a Tahíche, un “afilado puñal”, zurdo hasta la médula. Sacó pleno rendimiento a una portentosa musculatura de su tren inferior. Gran goleador y con gran visión de juego. Nadie, como él, aguantaba el balón, tipo Lubo Penev.
Quique Parra, “otro de los nuestros”. Mantuvo con todo el honor el peso emocional que le había traspasado su añorado padre, don Ramón Marco Chisvert, el primer “Parra” que tuvo este equipo. Hablar de los “Parra” es hacerlo con palabras mayores. Quique fue un zurdo muy fino. De admirable recorrido. Lo dio todo por estos colores y siempre fue muy querido.
Tahíche y Alberto fueron los máximos realizadores, aunque cabe indicar que Ricky Dáries anotó muchos goles en golpes francos. Miguel Moliner tampoco se quedó corto y también repitió suerte en bastantes ocasiones. Todo sin olvidar al resto de compañeros de línea. Pronto fue temida nuestra delantera por todas las defensas rivales.
Mención aparte merece el Servicio de Preparadores Físicos del equipo. El masajista, don Alfonso Laosa. Pocas veces ha sido alguien tan apreciado y querido en una plantilla de deportistas. Se convirtió en el “alma del vestuario”. Con su buen hacer “profesional” y su hombría de bien se ha ganado un merecido puesto de honor entre los más grandes, en su puesto, de todos los tiempos. Se tomaba su cargo tan en serio que se ponía botas de fútbol para realizar los masajes a sus muchachos.
Mención de Oro para el añorado Pedro, utillero del equipo. Fue el “Españeta del equipo”. Dejó este mundo hace unos años pero su recuerdo es imborrable.
En definitiva, todo aquel grupo humano tan ejemplar ha entrado, por derecho propio en el Olimpo de los grandes equipos jamás vistos en este pueblo.
Y no se puede dejar de mencionar, de ninguna manera, a aquella inolvidable Peña de Aficionados, de “Hooligans”. ¡Quién no recuerda a la memorable PEÑA POLEO! ¡Qué fidelidad al equipo! ¡Cómo animaban, de portería a portería! La labor de Enrique Dáries fue admirable a todas luces. Y con él todos los demás. José María Grau, el amigo Arnal…. ¡Brindamos por todos ellos porque también han pasado a la Historia!
Aquellas voces de la Afición que, sin descanso ni fisuras, aclamó al equipo, hasta el último segundo de lucha, son las mismas que tanto tiempo después se unen de nuevo para extenderle la alfombra roja que, directamente, conduce a la gloria deportiva.
Queremos volar, aunque sólo sea con nuestra mente soñadora, a aquel día de domingo, 14 de mayo de 1995. Las noticias llegaban con cuentagotas a un expectante pueblo de L’Eliana. Transcurría el tiempo y no se sabía nada. No existían teléfonos móviles y el más rápido método de transporte comunicativo era el “de boca en boca”. Y por fin ocurrió lo más anhelado. Todavía sentimos escalofríos cuando recordamos aquel momento impactante “Oye chaval, que dicen que L’Eliana acaba de marcar en Benisanó el (0-1). ¡Que somos CAMPEOOONES!”…. Era totalmente cierto. Nuestro delantero Toni Hernández acababa de marcar un golazo desde fuera del área. ¡Era el gol de su vida, por el que sigue siendo recordado!
Veinte años, dos décadas, no es, apenas, nada de nada, comparado con toda la Historia por delante que tiene aquel heroico grupo de elegidos, hoy ensalzado. Sí ciertamente, aquel año fueron, con mucha diferencia, los mejores de los mejores y seguirán siendo ídolos eternos en este pueblo.