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¡Carlos, nunca dejarás de brillar!

¡CARLOS, NUNCA DEJARÁS DE BRILLAR! Rafa Guillot

La Muerte no es el final del camino. Hablad de mí como siempre habéis hecho. Seguid riendo de los que nos hacía reír juntos. No uséis un tono diferente. Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra. Uno, realmente muere cuando los demás dejan de recordarlo” (San Agustín de Hipona). Sirvan estas sabias, emocionantes y reconfortantes palabras, escritas hace, aproximadamente, 1600 años, como punto de partida para abordar a otro de los mitos que formaron parte del equipo de fútbol de la entonces S.D. L’Eliana.

Esta Redacción se engalana, y se viste con todos sus lujos, no sólo para evocar a aquel deslumbrante deportista, sino para honrar, y añorar, al excepcional ser humano que subyacía detrás de él.

Su nombre completo, Carlos Xalmet Luz. Afortunadamente, podemos vanagloriarnos de que podemos continuar gozando de la buena amistad del resto de estirpe. Tanto su fantástico hermano Juan, sus mujeres, la lliriana Elvira y Maria del Mar, como sus cuñados Charo y Ximo Pons –otro excepcional futbolista- y ¡faltaría más! sus dos propias hijas, Tania y sobrino, nos lo recuerdan y nos ayudan, permanentemente, a mantener vivo su recuerdo.

Pero es de obligado cumplimiento hacer una valoración deportiva sobre el historial de uno de los mejores delanteros de todos los tiempos de este Club octogenario. Su década, la de los Setenta. Desgraciadamente, no dio tiempo para más. Se curtió, como era habitual, en las Categorías Inferiores y su eclosión triunfal se produjo en la temporada 77/78, habiendo dejado de ser juvenil.

Carrera demasiado corta pero, a la vez, explosiva y triunfal carrera. Su demarcación habitual, la de extremo derecho, aunque podía desenvolverse, con completa solvencia, en cualquier posición ofensiva.

Para definir su estilo recurrimos, si se nos permite, al término “tsunami”. Carlos Xalmet, en plenitud, era un torrente de potencia descomunal, pero no exenta, en absoluto, de calidad futbolística. Para que las generaciones actuales se hagan una idea, para todos los que tuvimos el honor de conocerlo, y verlo en un terreno de juego, se nos aparece, salvando las distancias, la figura de Cristiano Ronaldo. Es el tipo de futbolista más parecido. En carrera era totalmente imparable. Como bien decía el famoso entrenador elianero Vicent Cortina, “Xalmet era un bou”, y cualquier comentario suyo, por venir de quien viene, vale doble.

Siempre se recuerda la famosa anécdota de Repp. A modo de rápido resumen podemos contar a los más noveles que en el equipo del Valencia CF militó, en las temporadas 76/77 y dos siguientes, un crack holandés, mundialista, delantero, procedente del Ajax. Lo curioso es que se afincó en nuestra localidad y hasta parecía un elianero más sentado en la terraza del bar Landia, con el inmortal “Parrita”.

Pues bien, el bueno de Johnny afirmaba que no había visto en España, ni en Valencia a nadie con tanta proyección como la de Carlos Xalmet. Estaba llamado para ser toda una figura. Es indudable que con los contactos adecuados Carlos hubiera tenido la posibilidad de demostrar su auténtica valía en Clubes de mucha mayor Categoría. ¡Qué razón tenía aquel holandés errante cuando afirmaba que Xalmet le recordaba a sí mismo!

Sus devastadores números como goleador hablan por sí solos. En la citada temporada 1976/77, Segunda Regional, anotó la friolera de 26 dianas, deslumbrando a propios y extraños. Xalmet era “todo fibra, la fuerza bruta”. El mundo deportivo a sus pies.

Continuó en su segunda campaña como máximo goleador. En esta ocasión fueron 18 goles, pero ídem de lo mismo. Era el mayor referente ofensivo del equipo de L’Eliana. Fue el “extremo derecho” por referencia, aunque en ese mismo año ya se le llegó a ver desenvolverse por cualquier lugar. Subía, bajaba… ¡hacía todo! Pero, ¡ay, señores, cuando recogía un balón rechazado tras lanzamiento de córner sobre la propia portería! ¡Era entonces, cuando, con el campo por delante, Carlos ponía su quinta marcha, la del auténtico rayo! ¡Era una exhalación! ¡nada que envidiar a cualquier atleta velocista! No caemos en error al afirmar que muy pocos, de todos los jugadores que han pasado por el Club en todos los tiempos, han logrado no sólo superarle en carrera, sino tan siquiera igualarle. Siempre se comentó que su antecedente más ilustre fue el añorado Vicent Desco, el “Moret”, a quien desde estas líneas se rinde un nuevo tributo.

Su última temporada, defendiendo estos colores, fue una de las más triunfales para el equipo de L’Eliana en su dilatada trayectoria y, por ende, para él también. Nos referimos a la 1878/79, la del glorioso Ascenso a la Primera Regional desde el Grupo 2 de la Segunda Regional. Aquélla en la que el mítico cancerbero Boro Ruíx fue héroe, bajo los tres palos, y Xalmet un puntal en la retaguardia. Todavía se recuerda que toda la plantilla fue “invitada” a saludar a un pueblo enfervorizado tras la consecución del título.

Formó tándem diabólico con Fernández, “Míster Gol”. Entre los dos anotaron 54 goles, de los 101 que materializaría el equipo en esa campaña triunfal. A Carlitos le correspondieron 21 tantos.

Sin embargo, la progresión de nuestro delantero había sido imparable, tanto que pronto se lo disputaron los equipos punteros de la comarca. Ribarroja, La Pobla de Vallbona o Paterna fueron claros exponentes de lo afirmado. Sería el equipo gualdinegro de los paterneros quien se llevaría el gato al agua y firmó, a bombo y platillo, a un Carlos Xalmet en plenitud deportiva.

¡Ésa es la historia que guardaremos siempre en nuestra mente, la del glorioso futbolista que fue, siempre victorioso y triunfal en nuestros corazones! Con el paso del tiempo se han borrado todas las sombras que le engatusaron, le mintieron y le traicionaron.

¡Siempre Campeón, porque Carlos Xalmet siempre será todo un Campeón! Cada uno tiene su destino. A él le bastaron, tan sólo, tres temporadas para ser recordado, veinticinco años después, y para haber pasado a la Historia de los más grandes, de los elegidos para el Olimpo.

Ha sido todo un honor para este humilde cronista evocar la figura de aquel mocetón tan bueno y amable, aquél que “hablaba con la Z”, que casi parecía tener antecesores andaluces, aquel amigo tan amante de los toros, como recuerda con emoción alguien que le conoció de cerca, Adolfo Cambra, otro excelente deportista y grandísima persona.

Reservábamos para el final, como broche a esta crónica, contar que don Carlos Xalmet Luz consiguió la Bota de Oro, a título póstumo, en la Gala Conmemorativa de julio de 2012, correspondiente a toda su carrera deportiva. Su emocionadísima cuñada, Charo, recogió la Placa, entre sollozos y una atronadora salva de aplausos y con su hermano Juan en idéntico estado a su mujer. Ambos son dos benditos ángeles del cielo.

Fue todo un honor conocerlo y tenerlo entre nosotros. Jamás pasará tiempo suficiente para que sea olvidado. Como se reflejaba en la propia placa, con letra muy sentida y grabada a fuego…

Seguiremos viéndote siempre en nuestros mejores sueños, sobrevolando por los campos de fútbol, en tu corcel blanco, a la conquista de rivales porterías, porque serás para este Club, por los tiempos de los tiempos, su Hijo Predilecto y una Estrella que jamás dejará de alumbrarnos

¡Dulces sueños, querido Carlos, dulces sueños, Campeón!

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