Primeras alarmas del Covid-19
El 27 de enero de 2020, una turista islandesa que se presentó en el hospital de Torrevieja con fiebre y tos tras un viaje por Asia hizo saltar las alarmas de que la Covid-19 podía haber llegado a la Comunitat Valenciana. Su caso se descartó, pero fue la antesala del tsunami que se nos venía encima.
Cuando la turista llegó al hospital alicantino asustada por las noticias que había visto en televisión sobre una neumonía de origen desconocido en la ciudad china de Wuhan, faltaban tres días para que la OMS declarara el coronavirus emergencia de salud pública de importancia internacional, y seis semanas para declararlo pandemia.
Nadie podía imaginar entonces que, un año después, el coronavirus habría infectado en la Comunitat Valenciana a más de 200.000 personas y matado a más de 3.600, además de haber transformado radicalmente la realidad conocida tras provocar una triple crisis -sanitaria, económica y social- sin precedentes que nadie esperaba.
EL PRIMER FALLECIDO
Entonces no se sabía aún, pero en la Comunitat Valenciana se iba a producir el hito de registrar el primer fallecido por covid tanto de España como de Europa: un valenciano que murió el 13 de febrero en el hospital Arnau de Vilanova de València, tras regresar de un viaje a Nepal.
Una investigación retrospectiva de las muestras tomadas a pacientes fallecidos sin causa filial llevada a cabo por la Conselleria de Sanidad llevó a confirmar el 3 de marzo que la neumonía grave de origen desconocido que acabó con la vida de este valenciano la había causado el coronavirus.
EL PRIMER POSITIVO
Mientras tanto, los valencianos desarrollaban su actividad con normalidad, y así hubo empresarios que viajaron a la Feria de Calzado de Milán del 16 al 19 de febrero, y 2.500 aficionados del Valencia CF asistieron en Bérgamo al partido de Liga de Campeones contra el Atalanta del 19 de febrero. Solo cinco días después, Italia confinó once municipios del norte del país ante el avance del virus.
La noche del 25 de febrero se confirmó el primer caso oficial de covid-19 en la Comunitat, y el cuarto de España: un joven que había estado por ocio a Milán y que acudió al hospital de La Plana con síntomas leves. Dos días después se notificó el segundo caso: un periodista que viajó a Milán para retransmitir el Atalanta-Valencia.
PRIMERAS SUSPENSIONES
A partir de ese momento empezó el goteo de nuevos positivos, y con 19 casos confirmados se adoptaron las primeras decisiones preventivas: el 3 de marzo la Generalitat pidió que se jugaran a puerta cerrada los partidos Valencia Basket-Armani Milán de la Euroliga de baloncesto del día 5, y el Valencia-Atalanta de la Liga de Campeones del día 10.
La Conselleria de Sanidad también solicitó que se anularan los congresos científicos, jornadas o cursos para personal médico. Y la noche del 10 de marzo, con 65 casos de coronavirus en la Comunitat, el Consell anunció la suspensión de las fiestas de las Fallas, cuando había monumentos ya en la calle, y de la Magdalena.
A partir de ese momento, se sucedieron las suspensiones: el 11 de marzo la Generalitat canceló los eventos deportivos, culturales y sociales con afluencia masiva de personas y las prácticas formativas en centros sanitarios; el 12 de marzo suspendió toda actividad educativa, y el 13 de marzo hizo lo mismo con todos los espectáculos públicos y actividades socioculturales.
El 14 de marzo, el presidente del Gobierno decretó el estado de alarma en España y se inició un confinamiento en el que los valencianos asistieron desde sus casas a una subida exponencial de contagios, ingresos y fallecimientos, y que estuvo marcado por la penumbra anímica y solar, ya que hubo menos horas de sol que en París o Berlín.