Fin a una larga racha delictiva. La Guardia Civil de Tavernes Blanques y el Equipo Arroba de la Guardia Civil de Alicante han logrado desarticular toda una red criminal que a lo largo de varios años había conseguido perpetrar más de trescientos cincuenta delitos de estafa y recaudar en consecuencia más de dos millones de euros. El procedimiento se basaba fundamentalmente en la suplantación de identidad. Los estafadores robaban los datos personales de las víctimas para luego adquirir, mediante créditos financieros a nombre de estas, productos de alta gama en diferentes tiendas online y venderlos más baratos en portales de compraventa. Hasta el momento, hay siete detenidos y once investigados.
La alarma saltó hace un par de años en la localidad de Tavernes Blanques, cuando dos ciudadanas denunciaron haber recibido avisos de cargos bancarios relativos a las cuotas de un préstamo que nunca solicitaron. El departamento de la benemérita local que llevó a cabo la investigación se percató entonces del delito de estafa que se escondía detrás de este asunto, descubriendo igualmente que el engaño se había esparcido por más de una treintena de provincias de la geografía española.
Tras las pesquisas iniciales, la Guardia Civil concluyó que la banda de estafadores era especialista en crear perfiles fraudulentos a través de páginas web que funcionaban como gancho. La idea era emplear esto como base para ofrecer una serie de servicios profesionales a un precio especialmente reducido con la excusa de pedir a cambio datos personales que luego eran utilizados de manera ilegal.
La unidad de operaciones telemáticas logró detectar un total de 353 delitos de estas características, desglosados a su vez en diferentes categorías: estafa, usurpación o falsedad documental, entre otras. Al parecer, algunos de los préstamos estaban bajo la titularidad de personas de otros países a las que se les había robado la documentación de manera física.
Tras las primeras líneas de investigación, la Guardia Civil llevó a cabo en febrero del año pasado el registro de un domicilio que a priori parecía guardar relación con el caso, situado en el municipio de La Eliana. Los agentes, que estaban cerrando el cerco de sospechosos, lograron incautar allí un ordenador, varios dispositivos móviles y numerosos documentos vinculados con la trama delictiva. Justo un año después se materializaba la segunda parte de la intervención. Se calcula que la cifra que obtuvieron en concepto de beneficios gracias a las estafas supera los dos millones de euros.
Con el esclarecimiento de los hechos se ha terminado constatando que esta red criminal venía delinquiendo desde el año 2017, fecha en la que se registran las primeras denuncias recogidas por la comandancia. Por desgracia, ninguna de ellas llegó en su momento a resolverse como ahora; tal vez el auge de los delitos virtuales en tiempos de confinamiento ayudó a estrechar el círculo.
Los métodos de pago seguro como forma de prevención
Para evitar ser víctimas de estafas online, desde la Guardia Civil aconsejan cerciorarse de que las pasarelas de pago del comercio electrónico seleccionado cumplen con todos los estándares de seguridad pertinentes. Resulta crucial que incorporen un sistema de cifrado de datos personales y vías de pago tan seguras como PayPal. Las empresas interesadas en proteger a sus clientes intensifican estas medidas copiando el ejemplo de las grandes referencias virtuales en materia de seguridad, como son los bancos y las plataformas de juegos de azar.
Sin ir más lejos, cualquier entidad bancaria o casino Paypal con cierta seriedad hace uso de estas herramientas por dos motivos esenciales. En primer lugar, porque la información sensible, como un número de cuenta o una contraseña personal, se encripta automáticamente bajo claves indescifrables, quedando así oculta frente a terceras personas, es decir, frente a la piratería informática. En segundo lugar, porque PayPal hace un monitoreo ininterrumpido del contenido financiero que viaja desde la web hasta el servidor a fin de eludir fraudes, timos vía mail y usurpaciones varias. Ante ventajas como estas, la industria del juego online fue uno de los primeros entornos digitales que tomó conciencia de la necesidad de salvaguardar los datos de sus clientes, sirviendo así como ejemplo para el resto de empresas dedicadas a realizar transacciones económicas en internet.
Más allá de comprobar estos requisitos, también es importante desconfiar de sitios web que solicitan documentación privada, puesto que una petición de ese tipo puede encerrar intentos de suplantación de identidad. De igual modo, resulta clave sospechar de ofertas de productos que marcan precios muy por debajo del valor real. Toda precaución es poca.