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¿Qué diferencia sustancial hay entre los equipos de fútbol y los de la NBA?

Fútbol NBA

El fútbol europeo de élite y la NBA difieren en aspecto fundamental que va más allá del tipo de deporte del que hablamos en cada caso.

Así, ambos se contraponen en una cuestión muy importante, aunque tengan en común ser espectáculos de masas, seguidos con fervor por millones de aficionados, y además procedentes de todo el mundo, como lo acredita la cantidad de usuarios de los cinco continentes que hacen tanto apuestas NBA como de fútbol.

El Draft como elemento definidor del mercado de fichajes en la NBA

La diferencia estriba en que mientras en el fútbol europeo podemos detectar una aristocracia de clubes que con variaciones se mantiene a lo largo del tiempo, en el caso de liga profesional de baloncesto norteamericana nos encontramos con equipos que alternan épocas de gloria con las largas travesías en el desierto, que en algunos casos pueden llegar a ser perennes. Y en cambio, franquicias modestas en el transcurso de unos pocos años pasan de la nada a la cumbre.

El principal motivo de esta movilidad en la cúspide es que en la NBA existe un mecanismo como el Draft, que favorece a los equipos más débiles en detrimento de los más fuertes.

El mecanismo de funcionamiento del Draft

La manera en que lo hace es permitiendo a los equipos peor clasificados en la temporada precedente elegir primero entre los jugadores candidatos a la NBA. O lo que es lo mismo, entre las grandes promesas del baloncesto universitario o europeo que aspiran a enrolarse en una de las franquicias, y poder disputar así la competición de baloncesto más importante del mundo.

De este modo, vemos como el sistema difiere radicalmente de los fichajes en el fútbol, que siempre tienden a decantarse por el más fuerte deportivamente, o si acaso por el club que es capaz de realizar la oferta económica más seductora.

El mercado de fichajes de la NBA es muy diferente al del fútbol

Aunque el Draft no implica el enrolamiento automático del jugador elegido, las franquicias sí que se hacen con sus derechos, lo que les da también la opción de moverse en el mercado para efectuar intercambios por otros jugadores, u operaciones similares que les permitan aumentar sus aspiraciones de crecer deportivamente.

En la NBA, no existen traspasos como tales porque se supone que los jugadores se vinculan en último término con la NBA no con sus franquicias, aunque sí puede haber trueques entre estas, que pueden incluir también la transferencia de posiciones en el draft.

Además, existe un mercado de agentes libres que acaban contrato que si bien puede beneficiar a las franquicias más atractivas, en la práctica solo lo hace en casos muy concretos por los límites salariales existentes, que dificultan que una plantilla acumule varios jugadores con salarios astronómicos. Así, por ejemplo, este verano para que Carmelo Anthony pudiese jugar junto a su amigo Lebron James en los Lakers, tuvo que firmar por el mínimo que impone la liga para un veterano: un año y 2,6 millones de dólares.

Un movimiento que sirvió para aquilatar la candidatura de los angelinos en las apuestas que se hacen en plataformas como Betfair, liderándolas, de hecho, actualmente junto a equipos como los Minnesota Timberwolves, los Toronto Raptors o los Atlanta Hawks.

De todas las franquicias referidas, los Raptors y los Timberwolves fueron de las últimas en unirse a la liga, lo que pone de manifiesto que, a diferencia de lo que ocurre en el fútbol europeo, en la NBA las escuadras cenicientas de hoy son las reinas del mañana.

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