Hemos entrevistado a uno de los jugadores importantes (y más experimentados) del Atlètic Vallbonense: Alejandro Fort, un centrocampista fornido (con 1,88 metros y 93 kgs.) y con una trayectoria futbolística muy dilatada.
JGC
En la década de los 90, el uruguayo José Luis Zalazar brillaba en el Albacete Balompié; salvando las distancias, el juego de Fort nos recuerda al de aquel mediocentro: gran visión de juego, buen desplazamiento de balón (en corto y en largo) y extraordinaria potencia en los remates de media y larga distancia. Ambos son jugadores sobre los que pivota el juego de sus respectivos equipos.
Este veterano futbolista (ya tiene 33 años) sigue jugando (y entrenando) con ilusión y mucha implicación: “Si me comprometo con el equipo, es para cumplir”, nos comenta, mientras nos expresa sus buenos deseos para el 2011: “¡Que el equipo se mantenga… y que todos tengamos trabajo!”.
Fort, te lo tengo que decir… ¡qué manera de hacer sufrir a los aficionados, partido a partido!
(Ríe) Sí, es verdad: nos está costando sacar adelante los partidos, especialmente en casa. Jugamos bien, pero nos cuesta ‘echar el cierre’ a los encuentros. Nos adelantamos en el marcador, pero no logramos mantener esa ventaja y, al final, se nos escapan demasiados puntos. Què hem de fer! Seguiremos trabajando para mejorar.
Sin embargo, salvo excepciones como el día del CD Buñol, tampoco se ha visto pasar equipos especialmente fuertes por el Mas de Tous…
Lo hemos comentado alguna vez Raúl Grueso, Rueda y yo… esta categoría ha cambiado mucho en los últimos años: antes había equipos muy buenos, con jugadores impresionantes… ahora se ha igualado todo mucho y el nivel no es tan alto; es cierto que el CD Buñol sí dejo muy buena impresión en su visita: muy serio atrás y tocando con criterio en la zona ancha, pero en el resto de los partidos…
…si no habéis ganado, ha sido por falta de picardía por vuestra parte…
Eso es. Cuando te pones 1-0, tienes los tres puntos: debes jugar de otro modo, porque tienes el marcador a favor; debemos ser más pragmáticos y jugar a lo que nos convenga. También es verdad que el equipo tiene mucha juventud, especialmente en defensa… son jugadores muy jóvenes, con mucho tiempo para mejorar y ganar en experiencia.
Las bajas y las lesiones os están lastrando un poco…
Sí, siempre se nota todo eso: no poder contar con Raúl Grueso, Migallo o Rafa Soler, por ejemplo, son impedimentos para alcanzar el nivel óptimo. Ese tipo de cosas nos resta capacidad para competir, evidentemente.
¿Jugar en el Mas de Tous, un campo de fútbol pequeño, os facilita la tarea de sacar vuestros partidos adelante?
En cierta medida, sí: son cuatro años aquí y el equipo se acostumbra, mientras que muchos de nuestros rivales acaban jugando a disgusto. A mi, personalmente, me gusta jugar más en campos grandes y en corto, pero aquí el juego directo resulta muy efectivo. Es algo que me comentaba Fragua en años anteriores, y estaba en lo cierto.
Supongo que verás factible seguir en la categoría, ¿no?
(Sonríe) Sí, seguro que sí. Cerrando un poco mejor nuestra portería, no tengo dudas de que nos vamos a quedar en Regional Preferente. Es necesario encajar menos goles, pero hay equipo para mantenernos, sin duda.
Eres un ‘veterano’ y uno de los capitanes… ¿cómo ves los cambios en el equipo? Me refiero a las incorporaciones y a Paco Monterde, que sustituye a Fragua…
La gente nueva se ha adaptado rápidamente; viene a ayudar y eso siempre es bueno. Monterde supone un cambio grande respecto a Fragua: Vicente (Fragua) era una persona muy accesible, especialmente para los más jóvenes, a quienes daba mucha confianza… incluso demasiada, era muy permisivo. Paco (Monterde) es un hombre con mucho carácter y lo exterioriza levantando la voz… es su forma de ser; opino que le va a venir bien a muchos de los más jóvenes, les ayudará a madurar y los hará ser mejores. Hay gente que sólo había entrenado a las órdenes de Fragua, y es bueno ir cambiando y conociendo a distintos tipos de entrenadores, creo yo.
Digas lo que digas, estás hecho un chaval… ¿seguirás en el equipo algún año más?
(Ríe) Bueeeeno… Tengo 33 años y llevo jugando desde los 6. Algún día hay que dejarlo. Ilusión no me falta, pero ya no soy un chiquillo. Puede que esté otro año más, si mi situación laboral me lo permite. (Sonríe) ¡Esperemos que sea así!