Manolo Grueso senior es el entrenador del equipo Infantil ‘B’ del Atlètic Vallbonense, en donde dirige un grupo de niños de 12 y 13 años, junto a David Llopis. El veterano Manolo (40 años en los banquillos) repasa la última temporada de sus pupilos, que han sumado su sexto campeonato de liga consecutivo…
JGC
Manolo, llevas 6 años consecutivos celebrando el campeonato con tu grupo de jugadores… empiezo a sospechar que no es mera coincidencia…
Hombre, llevábamos 5 años ganando la liga en fútbol-7 y este año, el primero en fútbol-11, también hemos sido campeones… tengo un grupo de chavales que va a más, que no deja de aprender y de mejorar… todo eso explica los buenos resultados que obtenemos; al fin y al cabo, hemos acabado siendo campeones con dos jornadas de antelación.
¿Qué porcentaje te atribuyes de estos éxitos?
Al final, los que juegan son los chavales; el mérito es suyo, fundamentalmente. Yo hago las alineaciones y trato de transmitir mis conocimientos futbolísticos a los jugadores, pero también unos valores y una disciplina. Me considero un pastor que guía a su rebaño. Y no hay que olvidar la aportación del segundo entrenador, David Llopis, quien tiene un papel muy importante en el apartado físico, disciplinario y educativo. Entre todos aprovechamos lo mejor posible las virtudes de nuestros jugadores.
Habéis sumado 68 puntos en 26 partidos… con 22 victorias, 2 empates y 2 derrotas; sumáis 176 goles a favor y sólo 21 en contra… son unas cifras extraordinarias.
Yo siempre digo que lo difícil no es ser campeón, sino mantenerse en esa línea durante muchos años. Afortunadamente, mis jugadores no se acomodan y siempre intentan ganar; en los últimos años siempre han acabado siendo el mejor equipo de la competición en puntos, el que más goles marca y el que menos recibe. Tengo jugadores en varias posiciones que anotan goles con facilidad, pero es vital el buen hacer de nuestra línea defensiva y nuestro portero. A mi me gusta incidir en otro dato: siempre somos el equipo que menos veces es amonestado.
Esa extraordinaria trayectoria de tus jugadores… ¿juega en su favor o en su contra?
Cuando uno se acostumbra a ganar quizá no acaba dándole a sus triunfos el mérito que se merecen. Este año ha habido bastante competencia, porque había rivales complicados… como el Godella CF, el Valencia CF o el Ribarroja CF. Su buen trabajo le da un mayor mérito a nuestro campeonato. Por otro lado, es tarea del entrenador enseñar a sus jugadores a saber ganar… y a saber perder.
¿Y eso cómo se logra?
Pues explicando a los jugadores qué es lo correcto. Cuando íbamos a disputar el partido que podía darnos este último campeonato, tuve una charla previa al partido con mis chavales: les expliqué que, si teníamos la suerte y el acierto de ganar el partido, no quería ninguna celebración hasta que acabara el encuentro; les dije que quería que se despidieran del rival dándole la mano y que cuando ya no hubiera ningún rival sobre el césped, entonces podrían comenzar las celebraciones. Los festejos se hacen cuando se merecen, pero sin humillar a ningún rival. Ante todo está el respeto.
Quizá lograr eso cuando es más fácil se gana que cuando se pierde, ¿no?
No tiene porqué ser así. Es lógico que mis jugadores quieran ganar siempre, pero yo les explico siempre que el fútbol es un deporte en el que no siempre se puede ganar; además, no es malo perder, si se ha jugado bien y se ha trabajado como debe hacerse… eso significa que se ha perdido porque el rival ha sido mejor. Perder jugando mal, no haciendo lo que toca… eso sí que no está bien. Pero hay que saber explicarlo, para que lo entiendan.
Es muy importante saber cómo debe explicarse cada cosa a cada chaval, porque no todos responden igual…
Por supuesto. Yo trato a todos con el mismo respeto, y todos los jugadores tienen el mismo trato: no hay favoritismos de ningún tipo. Pero hay chicos a los que se les debe decir las cosas de un modo, para motivarlos… y a otros se lo debes decir de otra manera, para que no se sientan intimidados.
Nos has comentado en otras ocasiones que tu mayor satisfacción, como entrenador, no son los títulos logrados… sino el hecho de que algunos de tus antiguos pupilos siguen recordando tus enseñanzas…
Así es. Me siento satisfecho cuando veo que cualquiera de mis antiguos jugadores, cuando llega a sus entrenamientos en categorías superiores, pasa a saludarme. O a jugadores que se han hecho adultos, se han casado y han tenido hijos, y me dicen que les ilusiona la posibilidad de que entrene a sus hijos… eso es lo que más me gusta de ser entrenador.
Es curioso que te tengan tanto aprecio, porque todos saben que eres un hombre con mucho carácter…y quizá algo severo.
No, yo soy disciplinado y directo… digo las cosas claras y a la cara. Me tomo en serio mi papel como entrenador y exijo el mismo grado de compromiso a mis jugadores. Si alguien no viene a entrenar, no juega; si alguno de mis jugadores protesta al árbitro, se encara a un rival o recrimina algo a uno de sus compañeros, va al banquillo; si alguno de mis futbolistas es expulsado, no descansara el próximo partido… se perderá dos: el que impone el comité disciplinario y otro por imposición mía, porque no tolero ese tipo de actuaciones en mis equipos. Así es como se enseña a los niños a ser mejores futbolistas y mejores personas. Yo transmito valores como el respeto por las otras personas, el compañerismo, el trabajo en equipo, la puntualidad…
¿Qué esperas de la próxima temporada?
Al quedar campeones, subimos de categoría: nos vamos a enfrentar a rivales más duros, a jugadores más fuertes… pero también nosotros seremos mejores. Será un reto bonito. Creo que todo dependerá de cómo comencemos la liga, pero si trabajamos como sabemos, estaremos en la zona media-alta.