A este paso, el Atlètic Vallbonense va a acabar con todos los registros anteriores de mala pata y suerte adversa: en un partido que parecía imposible que se les escapara el triunfo, acabó cediendo dos puntos por un fallo absurdo… ya en el tiempo añadido. Esta vez fue una UD Aldaia bastante desquiciada la que aprovechó la falta de concentración en los últimos instantes del encuentro para lograr el 1-1 definitivo.
JGC
El Atlètic Vallbonense empieza los partidos con las luces largas, comienza el segundo tiempo con las luces cortas y acaba el encuentro con las de posición… poco a poco se le va nublando la vista y cada compromiso liguero acaba siendo una película de terror: sabes que algo te va a acabar asustando y, aunque ya estás preparado para ello, no hay forma de evitar que acabe sucediendo.
El principal problema del equipo de Fran Ballesteros es que cuesta menos ver a un banco conceder un crédito hipotecario que presenciar un gol del su equipo; y no se trata de falta de ocasiones: hay días, como el del partido ante la UD Aldaia, que se crean varias ocasiones (tanto en el primer tiempo como en el segundo)… pero no hay forma.
Tras haberse disputado 11 encuentros, el conjunto poblano ha marcado 8 goles… en cuatro ocasiones se ha quedado sin ver portería y prácticamente todos sus tantos han venido en jugadas a balón parado. Así que si el equipo no mejora un poco sus registros anotadores, no hay nada que hacer… y seguirá en la zona media-baja, deprimido y lejos de cubrir las expectativas que se marcaban al inicio del campeonato. Dani es el perfecto ejemplo: protagoniza muchas ocasiones de gol, pero no hay forma de que empuje el esférico al fondo de la red rival.
Ante la UD Aldaia, lo lógico es que tras el gol de Ramón (que no llegó hasta el segundo tiempo) se hubieran templado los nervios locales, se hubiera ‘enfriado’ el encuentro y se hubiera aprovechado algún contragolpe para sentenciar el partido… pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Además, el conjunto visitante supo destemplar a los futbolistas locales con todo tipo de ‘malas artes’, recriminaciones al árbitro, patadas a destiempo y entradas merecedoras de tarjetas ‘naranjas’.
En los últimos 10 minutos, el partido entró en una fase de nerviosismo desbocado: hubo una expulsión para los visitantes, por segunda amonestación; luego hubo recriminaciones, gritos, pérdidas de tiempo, tensión en el ambiente. Se llegó al minuto 90 y los dos equipos estaban crispados. Hubo otra jugada confusa, con acusaciones cruzadas de agresiones y escupitajos… nueva expulsión en las filas visitantes y pánico generalizado en la grada local, que sabía que se iba a colgar el balón en el área de la portería defendida por Josep Jorge…
…la grada local quería que el árbitro pitara cuanto antes, porque se mascaba la tragedia… y la tragedia se acabó consumando: balón al segundo palo, despeje corto del arquero, desconcierto en el área pequeña y un futbolista visitante aprovecha el momento para marcar el 1-1. Se intuía, se notaba, se presentía… y se acabó cumpliendo el mal presagio.
Lo dicho: como las películas de terror, cuando sabes que va a aparecer algo que te hará saltar de tu asiento… El problema para el Atlètic Vallbonense es que llevamos disputados 33 puntos y sólo se han sumado 13… y el FBAC Benaguasil (que trata de huir de la quema) está a 2 puntos.
Atlètic Vallbonense: Josep Jorge; Rubén, Ramón, Cristian, Belloq; Carot (Javi), Nacho, Albert, Toni Sevilla (Fort), Migue (Calero); Dani.
UD Aldaia:
Goles: 1-0: Ramón (55’); 1-1: (92’).
Fran Ballesteros, entrenador del Atlètic Vallbonense: “Otra vez la misma historia de otras jornadas. Al equipo sólo le puedo pedir un poco más de concentración en los últimos tres minutos de tiempo añadido, porque en los 90 de antes ha estado bastante bien: ha creado ocasiones de gol, ha controlado el partido y ha hecho motivos para ganar. Pero si unimos nuestra falta de gol con la facilidad que tenemos para encajarlos en los minutos finales y no es raro ver cómo se nos complica la vida. Es lo de siempre: con 2 triunfos seguidos cambiaría todo radicalmente, pero es que no nos sale nada mínimamente a nuestro favor”.