El Ayuntamiento edetano va a construir una planta de clasificación y tratamiento de residuos que recibirá la basura de los municipios que componen las comarcas de Camp de Túria y Los Serranos. Posteriormente, los desechos se enviarán a un vertedero en Caudete. Además, se prevé subir los impuestos, que pasarán de 41 a 84 euros.
José García
Actualmente, y hasta que esta instalación de Llíria entre en funcionamiento, los residuos se están transfiriendo para su tratamiento a una planta de Villena. Hasta este momento, la basura de Llíria se había ido depositando en muchas ocasiones en vertederos incontrolados repartidos por todo el término municipal (el Barranco de la Salada, la Buitrera, la Rambla Castellana, la Montravana, la Tellerola, Canyada Parda). Según el alcalde, Manuel Izquierdo, “este modo de eliminar la basura es social y medioambientalmente injustificable”.
Acabar con esta actuación va a suponer que los vecinos deban contribuir a la eliminación de las basuras con el pago de un impuesto especial: “Tirar la basura a un agujero, como se ha hecho hasta ahora, no supone ningún gasto para los vecinos. Por eso, hasta el momento, sólo se pagaba en concepto de recogida de basuras depositadas en los contenedores”. Esto, según el alcalde, suponía el desembolso “de 41 euros por cada vivienda situada en el casco urbano”.
A partir de ahora, cada familia deberá aportar otros 43 euros en concepto de gestión de basuras; en total, se pagarán 84 euros por la recogida y el tratamiento de los residuos. Izquierdo ha explicado que el Ayuntamiento de Llíria ha logrado la clausura del vertedero de Canyada Parda gracias a “una inversión de 855.000 euros” que han sido aportados por el Ministerio de Medio Ambiente y la Conselleria de esta misma área.
En cualquier caso, según se ha apuntado desde el consistorio edetano, existe también una ‘justificación económica’ que se suma a la medioambiental. Según explican estas mismas fuentes, el servicio de basuras resulta deficitario para el Ayuntamiento: así, el consistorio paga anualmente 1,5 millones de euros por la recogida de basuras, “que son 96 euros por cada vivienda del casco urbano”; y otros 1,01 millones de euros por el tratamiento de residuos, “o sea, otros 79 euros por cada vivienda en casco urbano”.
Con las medidas que se están impulsando, los vecinos pagarán 84 euros (en vez de los 175 que deberían pagarse actualmente) y evitan el endeudamiento del consistorio en cuanto a la gestión de basuras. Habrá que ver cuál es la acogida que tiene esta medida entre los contribuyentes de la población.