Los manifestantes solicitaron sin éxito tomar la palabra
El último pleno del año del Ayuntamiento de Llíria celebrado ayer ha estado marcado por la segunda protesta en una semana contra el futuro centro de recepción de menores en El Prat que protagonizaron en esta ocasión cerca de 400 vecinos frente a Ca La Vila.
Un grupo de estos manifestantes consiguió acceder al salón de plenos exhibiendo carteles de ‘no’ al centro aunque no lograron, tal y como habían solicitado por registro de entrada, intervenir ante los grupos políticos.
Los gritos de “no volem” se escucharon a lo largo de toda la sesión, hasta que concluyó la concentración de un manifiesto en el que los vecinos advirtieron que “volveremos todos los meses hasta que nos hagan caso”.
A pesar de que el alcalde, Manolo Civera, no otorgó la palabra a los vecinos, a los que advirtió que tendría que ordenar a la Policía Local el desalojo cuando interrumpieron con aplausos, el centro de menores se coló en el debate a través de preguntas de la portavoz del PP, Reme Mazzolari,
El primer edil socialista explicó que el centro de Llíria se ubicará en un único edificio con una capacidad máxima para 30 menores que estarán entre 30 y 60 días hasta que se deriven a otros centros, ya que será de recepción y no de acogida y acusó a la oposición de “confundir, intoxicar y sacar rédito político”.
La portavoz popular pidió al alcalde que pidiera disculpas por llamar “malas personas de derechas” a los vecinos que se manifestaron contra el centro, a lo que respondió que no se refería no a todos, sino a “personas como usted, a las que el pueblo conoce muy bien”, dirigiéndose a Mazzolari.
La popular defendió el posicionamiento de su partido contra el centro de menores que considera una “imposición” y defendió la necesidad de un centro de día y de una residencia para mayores y personas con diversidad funcional.
El acalde defendió que lo que se pretende en El Prat es reunir todos esos servicios en un complejo socio-sanitario “público y de calidad” para atender las necesidades del municipio.
Por su parte, la concejal no adscrita, Isabel Aigües, le preguntó al alcalde si consideraba que ella, que se había presentado en las listas del PSPV era “una mala persona de extrema derecha”, a lo que éste respondió que “no tiene escrúpulos ni vergüenza”. La exconcejal socialiusta lamentó que su ex compañero de partido “renuncie al debate” y aceptó el escrito de los vecinos que trataron sin éxito entregar al alcalde para llevarlo al próximo pleno.
Así terminó la última sesión año en el que se aprobó una propuesta, diluida por el debate del centro de menores, para la construcción del nuevo instituto Camp de Túria, de un tercer centro público de Infantil y Primaria y un centro público de 0 a 3 años y la reforma del Sant Miquel y del Sant Vicent a través del plan Edificant que contempla una inversión de 15 millones de euros.