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“Por fin se acaba la legislatura”

pleno camp de turia
Manolo Civera en el pleno de esta tarde.

Civera (PSPV) reprocha a Compromís sus “deslealtades” y éste le acusa de querer hacer un “traje a medida”

Con las urnas a la vuelta de la esquina el 26 de mayo, Ca la Vila ha acogido esta tarde el último y tenso pleno de una legislatura que “por fin se acaba”, tal y como se encargó de repetir el alcalde de Llíria, Manolo Civera.

Unas palabras, las del primer edil socialista que fueron las únicas que lograron el consenso entre los concejales del PSPV, Compromís, PP, Podemos y de la exconcejala socialista y candidata de Contigo, Isabel Aigües -el ex de Ciudadanos tampoco ha aparecido para despedirse- y entre el público que siguió el pleno en directo.

La sesión de hoy ha servido para escenificar la tensión que ha presidido la relación intermitente de gobierno entre los socios del PSPV y Compromís a lo largo de estos cuatro años y que a poco más de una semana para las elecciones municipales ha quedado prácticamente rota.

Con la lectura del punto ocho del orden del día se iniciaron los reproches del candidato socialista a la reeleción a su socio de gobierno. El PSPV pretendía sacar sin oposición por concurso de méritos una plaza que se creó en el presupuesto de 2018 para Director de Recursos Humanos. Sin embargo, Compromís presentó un dictamen para amortizar esa plaza que salió adelante con votos del PP y de la coalición, abortando así la propuesta del alcalde que defendió el carácter “vital” de la plaza y alabó el trabajo “encomiable” y “extraordinario” de José Ramón Bellver.

Desde la bancada popular, el concejal José Ricardo Escobedo matizó que no es una cuestión de personas sino de plazas para justificar su voto y expresó su deseo de que la legislatura “del éxodo” y de “los desencuentros” llegara a su fin. Unas palabras recogidas por Civera que añadió que “en lo único que estamos de acuerdo es que por fin se acaba la legislatura, por fin”, enfatizó

A continuación se refirió a su socio de Compromís para reprocharle sus “deslealtades”. “Por fin se acaban las delealtades” porque, añadió, “aquí lo único que queda evidente es que Compromís y PP sí que dialogan de manera extraordinaria y se ponen de acuerdo con facilidad para aprobar cosas que no vienen a cuento en el último pleno de la legislatura”.

El portavoz de Compromís, Paco García, por su parte se preguntó que por qué si hay antes 40 plazas por convocar pendientes del 2017 y 2018 hay que convocar antes esta única plaza e instó sin éxito a Civera a responder “qué interés personal hay ahí. Yo no lo entiendo”.

Civera no respondió a la pregunta pero encendió su micro para lamentar el “diálogo fluido y amable” del PP y Compromís “que se llevan muy bien”. Una “relación extraordinaria” que “hemos estado padeciendo toda la legislatura y que ha hecho que lo pasarámos muy mal en el gobierno y en esta alcaldía en particular”.

Incluso apuntó, en una de sus múltiples intervenciones para expresar su opinión, que “ya no sé que concejal tendría que estar en qué puesto porque ya me da la impresión que perfectamente podría estar el concejal Paco García en el grupo popular trabajando tranquilamente”.

Escobedo le recomendó a Civera que se serenara y pidió un trankimazin o un orfidal entre el público. El popular defendió que no habido ningún pacto entre los dos grupos y tachó las afirmaciones de “gratuitas, fuera de lugar y desmedidas” y se preguntó si se ha roto el segundo pacto de gobierno de Ca la Vila.

El alcalde insistió en que “es curioso que cada vez que hay algo de las áreas de alcaldía se ponen palos en las ruedas. Esa ha sido la constante esta legislatura, que el PP y Compromís han estado poniendo palos en las áreas que afectaban a la alcadía” y emplazó a los ciudadanos a votar el próximo “26 de abril” (sic).

Paco García manifestó tras el pleno que lo que pretendía hacer el alcalde era “un traje a medida” y Compromís, advirtió, “no va a tolerar ningún traje a medida”, mientras que la portavoz del PP, Reme Mazzolari, recordó que “nosotros nunca hemos estado a favor de crear ese puesto de trabajo” que ha costado a las arcas municipales más de 54.000 euros anuales.

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