Sergio Alfaro (Cs), alcalde de Loriguilla
Hace justo un año, en las elecciones municipales del 26-M, fueron elegidos o reelegidos como alcaldes de sus pueblos. Hoy afrontan un primer tramo de esta nueva legislatura marcado por la pandemia del coronavirus. Desde el confinamiento lanzamos las mismas preguntas a cada uno de los responsables políticos de los municipios de Camp de Túria para hacer una radiografía de la comarca en plena crisis sanitaria y económica y conocer cómo se preparan para la desescalada anunciada por el Gobierno a partir de este arranque del mes de mayo.
¿Qué medidas se han adoptado para hacer frente a la crisis del coronavirus?
Ha habido situaciones muy difíciles. Nadie tiene un librito de instrucciones para saber qué hacer en cada momento, pero ante esta situación de emergencia, como Gobierno hemos adoptado las medidas oportunas en el momento adecuado, con el objetivo de proteger a los vecinos del coronavirus, incluso, adelantándonos a las tomadas por el Estado tras el decreto de alarma. Dos días antes aprobé el decreto en el que acordamos suspender las sesiones de los órganos colegiados y promover el teletrabajo, además del cierre de los edificios, instalaciones públicas y parques y jardines y la suspensión de cualquier tipo de acto o actividad social, cultural, deportiva e institucional que provocara afluencia de personas, especialmente, las dirigidas a los mayores.
Desde el primer día hemos mantenido reuniones constantes, con el fin de tener, permanentemente, informada a la población sobre las recomendaciones para protegerse del virus y las obligaciones de acatar el estado de alarma.
Hemos repartido equipos de protección entre los trabajadores y los comercios locales, también a las personas que tienen un factor de riesgo elevado; suspendido el calendario fiscal y la alternancia de aparcamiento para que los vecinos no saliesen a la calle; contratado a dos nuevos agentes de policía para reforzar la seguridad en nuestro municipio y hemos mantenido reuniones periódicas con la Guardia Civil de Riba-roja para coordinarnos con ellos.
También se ha desinfectado, y se sigue haciendo insistentemente, cada rincón del municipio. Se ha ayudado a personas vulnerables con ayudas económicas para alquiler y alimentos; suspendido los alquileres municipales y las tasas de los servicios que no se prestan; y establecido las sesiones telemáticas para los órganos colegiados.
Vamos a entregar mascarillas y guantes a nuestros vecinos y a aprobar ayudas para los autónomos de nuestro municipio, ayudas directas y complementarias con las ayudas del Generalitat y el Gobierno central.
En conclusión, creo, que hemos tomado las medidas que han estado en nuestra mano con transparencia, responsabilidad y rigor. Y debo añadir que vamos a seguir trabajando para tomar nuevas medidas que nos permitan hacer frente a la amenaza del virus con el principal objetivo de proteger a nuestros ciudadanos del contagio del coronavirus.
¿Qué impacto económico, de salud y social tiene el virus en su municipio?
El momento que vivimos es incierto y es un poco apresurado hacer un balance del impacto económico de la pandemia en Loriguilla. Está claro que ya ha afectado a nuestro tejido empresarial en la medida que la economía del país se ha desacelerado, se han restringido los transportes y cerrado los mercados. Por eso, como decía antes, vamos a ayudar a nuestros autónomos a superar esta crisis de consecuencias económicas impredecibles y seguramente, nos veremos obligados a replantear el destino de algunos gastos presupuestarios. De momento, hemos destinado recursos económicos para paliar la situación de emergencia de las personas y familias más vulnerables y lo vamos a seguir haciendo. Hay que tener en cuenta también que muchos de nuestros servicios dependen de instituciones superiores y en la medida que la situación les afecte, nos afectará a nosotros.
Desde el punto de vista social, el confinamiento nos ha afectado. Loriguilla es un municipio pequeño, abierto, donde todo el mundo se conoce y hace vida en la calle. A muchos nos unen lazos familiares y mantenemos un contacto cercano y directo. Sin duda, es una situación dura, pero somos un pueblo fuerte, que se crece ante situaciones difíciles y donde la solidaridad vecinal se hace más visible que en otros lugares con mayor población.
En el aspecto sanitario, debo lamentar el fallecimiento de una vecina de avanzada edad. Una noticia triste y dura, sobre todo, para los familiares que no pudieron acompañarla en sus últimos momentos. A día de hoy, además de esta muerte, solo tenemos constancia de un afectado más. Oficialmente no tenemos datos. Sin duda, hubiese sido mejor no tener que lamentar ningún caso, pero ahora lo único que deseo, y lo digo con toda la prudencia del mundo, es que hayamos conseguido contener el virus y que no tengamos más afectados.
¿Qué fortalezas y debilidades como pueblo han hecho aflorar esta crisis?
Igual que todos los pueblos, la principal debilidad es la vulnerabilidad de todos ante un enemigo invisible letal, que mata y del que no se conoce prácticamente nada y no existe vacuna al respecto.
La principal fortaleza es la unión como pueblo, la solidaridad y responsabilidad de todos los vecinos y vecinas de Loriguilla, que una vez más, queda reflejada con la buena voluntad de todos para sumar y luchar contra el enemigo.
¿Cómo va a ser la desescalada?
La desescalada debe ser progresiva, poco a poco se deben ir relajando las medidas de confinamiento. No podemos tirar por tierra todo el esfuerzo de la población durante el estado de alarma. Debemos ser consecuentes y responsables, las autoridades competentes deben velar por calibrar la desescalada de la forma más adecuada, extremando las prevenciones para evitar nuevos brotes.