Álvaro Cuadrado es el nuevo presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales ‘Camp de Túria’

La Federación de Asociaciones Vecinales ‘Camp de Turia’ celebró el pasado sábado, 9 de julio, su Asamblea General Ordinaria en la que Milagros Benlloch dejó la presidencia, siendo sustituida en dicho cargo por Álvaro Cuadrado.

José García

Milagros Benlloch ha dejado la presidencia de este colectivo vecinal para hacerse cargo de sus responsabilidades como teniente de alcalde del Ayuntamiento de Náquera, como portavoz del grupo político Iniciativa Vecinal Independiente por Náquera (IVIN).

El nuevo presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales ‘Camp de Turia’ es Álvaro Cuadrado, concejal en el ayuntamiento naquerano durante la pasada legislatura por dicho grupo político.

José Luis Asensi, presidente de la Asociación de Vecinos de Mont-Ros, se mantiene como vicepresidente de la Federación y se erige como el “garante de la continuidad de las políticas reivindicativas iniciadas por la Federación en los años anteriores, tanto ante el Ayuntamiento de Náquera y la Generalitat Valenciana”, según manifiestan fuentes de este colectivo vecinal.

El primer objetivo de la Federación va a ser solicitar de la nueva corporación un local social a disposición de las Asociaciones y de la propia Federación, “que se convierta en un foro permanente abierto al público y a la participación vecinal”, según explican representantes de la propia Federación.

Dicho compromiso forma parte del pacto de gobierno firmado por las tres fuerzas políticas que están al frente del gobierno local (UPdN, PSOE e IVIN); de hecho, la actual concejal de Asociaciones, Ester Hernández, se comprometió formalmente a presentar dicha moción en el próximo Pleno Ordinario.

El nuevo presidente de la Federación, Álvaro Cuadrado, manifestó que la Junta Directiva va a ser “duramente reivindicativa”, y que trabajarán “en favor de la igualdad de trato entre vecinos de todo el término municipal”.

Igualmente, Cuadrado expuso su deseo de que las decisiones municipales “vengan respaldadas por el movimiento vecinal”, mediante un procedimiento de exigencia de derechos “de abajo hacia arriba”, con la intención de “poner fin a las costumbres, de dudoso talante democrático, de anteriores alcaldes”.