El grupo de empresas Sopena, que tiene una de elles ubicada en Náquera, se ha visto beneficiado por un auto que permite la dación en pago de inmuebles, lo que facilita en gran medida la viabilidad de la empresa y con ella el mantenimiento de los más de 300 puestos de trabajo directos e indirectos.
José García
El concurso de acreedores de las empresas Sopena Metales, Hierros Sopena y Alu Nostrum, que forman el grupo Sopena, se ha visto favorecido por el auto del Juzgado de lo Mercantil número dos de Valencia, al autorizar el juez la dación en pago de los inmuebles.
El sindicato CC.OO. considera muy positivo este auto judicial, que ha venido precedido de una ardua y fructífera labor de los administradores concursales, Antonia Magdaleno, Armando Belmar e Iván Cristóbal, a la vez que resalta el respaldo a la misma del juez Fernando Presencia. CC.OO. considera que “queda demostrado que la viabilidad de las empresas y el mantenimiento del empleo en concurso de acreedores es posible, si se desprenden del pasivo financiero por medio de la dación en pago”.
La dación en pago representa la cesión y adjudicación de los inmuebles a 13 entidades bancarias por un valor hipotecado de 40 millones de euros. Ello supone la eliminación de una elevada partida del pasivo, ya que la dación en pago supone la extinción y cancelación de la deuda que las concursadas mantienen con las entidades bancarias.
Desde CC.OO. se explica que “la viabilidad de las empresas concursadas pasaba por la reducción del pasivo (en mayor medida el pasivo hipotecario sobre inmuebles no productivos), lo que permite destinar los recursos que genera la empresa a posibilitar el incremento de actividad”.
Este sindicato, asimismo reclama “el apoyo de la AEAT, FOGASA y la TGSS a través de la firma de convenios singulares que posibiliten la consecución del acuerdo con los acreedores y, por tanto, la viabilidad del grupo y el mantenimiento del mayor número de puestos de trabajo”.
CC.OO. considera que estos organismos, afectados por los impagos de empresas en concurso de acreedores, deben favorecer las acciones judiciales tendentes a dotar de viabilidad a las empresas, ya que el mantenimiento de las mismas posibilita hacer frente a los impagos.
Estas mismas fuentes aseguran que el auto ha sido acogido con “alivio” por parte de los trabajadores de las empresas concursadas. “Con la viabilidad de las empresas concursadas se evita el temido efecto dominó que termina arrastrando a las empresas proveedoras de las concursadas”, añaden desde este sindicato.