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Llevan un Pinocho hasta la Generalitat para que Fabra elimine los barracones del Emilio Lluch

El Pinocho, con la foto de Fabra, ayer a las puertas de la Generalitat.

Más de 300 padres, alumnos y profesores del colegio público Emilio Lluch de Nàquera llevaron ayer en procesión hasta las puertas de la Generalitat un Pinocho en andas para recordar al jefe del Consell, Alberto Fabra, las promesas incumplidas respecto a la eliminación de los barracones del centro escolar y exigir las obras de ampliación.

P.G.

La comitiva partió de las Torres de Serranos, desde donde dio comienzo la procesión a ritmo de ‘tabalet i dolçaina’ que trasladó en andas un Pinocho con una foto del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, hasta la plaza de Manises.

Los padres, alumnos y profesores del colegio público Emilio Lluch de Náquera se vieron respaldados por representantes políticos y asociaciones, tanto locales como del resto de la Comunitat, que se sumaron con su presencia al acto de protesta para exigir la eliminación de los barracones, donde los alumnos reciben clase desde hace diez años.

El alcalde de Náquera, Damián Ibáñez, y la concejala María Dolores Pérez, de UPDN, y los ediles socialistas Víctor Navarro, Elisa Martínez y María Ángeles Pérez, participaron en la marcha junto a la diputada del PSPV-PSOE, Pilar Sarrión, y uno de los vicesecretarios socialistas, Francesc Romeu.

Desde la localidad de Camp de Túria también se desplazaron miembros de la Junta Local contra el Cáncer, de la Agenda 21, de las amas de casa y de la Federación de Vecinos Camp de Túria.

En la plaza de Manises se sumaron también representantes de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos FAPA Valencia, el Sindicat de Treballadors de l’Ensenyament y del colegio Ciutat de Cremona de Alaquàs.

El presidente AMPA Eric Gielen fue el encargado de leer el manifiesto en el que se refirió a Nàquera como “un ejemplo perfecto de una de las mayores vergüenzas de la sociedad valenciana: instalaciones escolares deficitarias y barracones eternos,como los hay en el Ciutat Cremona, en el Severi Torres en Villanueva de Castellón, el Bracal de Muro de Alcoy o en otros tantos sitios, en los cuales docentes hacen allí lo que pueden para devolver algo de dignidad a la educación pública”.

El representante de los padres y madres del Emilio Lluch explicó que “estamos aquí para reivindicar el derecho a que los niños y niñas de Nàquera, y de otros tantos pueblos, tengan un colegio público digno. Los niños de cualquier pueblo son el futuro… un futuro que hay que construir. Y, un colegio público como el Emilio Lluch es el presente, el símbolo del mañana que queremos”.

Los afectados por el retraso en las obras de ampliación del centro recordaron que llevan soportando “más de 15 años de proyectos, anuncios, promesas, licitación no adjudicada… unas palmaditas, va ten confianza, ya sabes: la Administración es lenta”.

En este sentido apuntaron que la última promesa fue la lanzada por Fabra el pasado mes de octubre en el acto de inauguración de la sede del PP en Nàquera, donde se comprometió a que las obras se licitarían antes de que acabara el 2014. “A mí desde pequeño me enseñaron que las promesas están para cumplirlas. ¿No le enseñaron eso al señor Fabra? Unas promesas que reiteradamente no se cumplen, se llaman mentiras. Señor Fabra, de tantas promesas incumplidas, le está creciendo la nariz”, manifestó Gielen ante el Pinocho.

El representante del AMPA cuestionó “¿qué le pasa a este gobierno con los colegios públicos? “Falta de voluntad política”, acuñó el Banco Europeo de Inversiones en relación a nuestra reclamación. Me niego a pensar en que sea política de partido, no concibo que se pueda jugar con el futuro de los niños con fines políticos. Será cuestión de política educativa o de modelo educativo. Pues tampoco estamos de acuerdo: Por qué tiene que haber colegios de primera y colegios públicos de segunda. Acaso hay ciudadanos de primera y de segunda. Queremos una educación pública, de calidad e igualitaria: en el modelo educativo que queremos no caben diferencias, la igualdad es su esencia y no puede haber niños de primera y de segunda”.

Por último, los afectados advirtieron que “no queremos más engaños, no queremos anuncios inminentes, no queremos promesas incumplidas, queremos que nuestros hijos reciban una educación pública en un colegio público digno, al igual que cualquier otro niña o niño valenciano”.

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