Túnez es uno de los principales destinos turísticos a orillas del Mediterráneo. Una tierra acogedora y llena de contrastes, colores y aromas en la que se funden bellezas naturales, ciudades antiguas, maravillosos festivales y la calidez de sus gentes. Un país que a lo largo de su historia ha bebido de la influencia de otros pueblos y culturas y que hoy la muestra a sus visitantes.
El país tunecino es ideal para visitar en ferry, de ahí que sea fundamental en primer lugar obtener información sobre las travesías a Túnez. No en vano, se trata de un destino que durante toda su historia ha vivido asomado al Mediterráneo, testigo directo de todas las civilizaciones que han pasado por aquí.
Si bien Túnez ofrece destinos turísticos ampliamente conocidos, hay una serie de bellezas ocultas que deben formar parte de la ruta de cualquier viajero.
Kairouan
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Kairouan es la cuarta ciudad más santa para los musulmanes. A solo 150 kilómetros al sur de Túnez, la capital del país, cuenta con la mezquita más antigua del norte de África. La Gran Mezquita está rodeada por una preciosa y pintoresca Medina en la que visitar muchas tiendas y comercios.
Merece la pena acercarse también hasta la Mezquita de las Tres Puertas o al Mausoleo del Barbero, construido en el siglo VII. En este último se halla la tumba de Abu Dhama, compañero de Mahoma y apodado como el Sidi Sahab o “portador de los tres pelos”, ya que era el encargado de llevar siempre los pelos de la barba del Profeta.
Tozeur
Situada al sur de Túnez y prácticamente a las puertas del desierto, es un destino turístico conocido sobre todo por sus oasis y sus casas de barro. Un paseo por sus callejuelas nos llevará a conocer el barrio de Uled Hadef, con sus mezquitas, su arquitectura tradicional y el Museo de las Artes y Tradiciones.
Perderse por este barrio, el más antiguo de la ciudad, es adentrarse en la esencia misma de Túnez. Pequeñas callejuelas que desembocan en plazas encantadoras, mezquitas recubiertas de ladrillo, tenderetes y mercadillos… Todo un mestizaje de culturas autóctonas que se derraman de forma incesante.
Matmata
Matmata es una pequeña ciudad poco conocida desde el punto de vista turístico, pero que cuenta con algunos atractivos más que curiosos. Entre ellos hay que destacar sus cuevas subterráneas o viviendas de tipo troglodita en las que vive la población local bereber. Aunque su edificio más famoso es el Hotel Sidi Driss, que sirvió de decorado en las películas de la saga de La Guerra de las Galaxias.
El Ribat de Monastir
Muchas ciudades de Túnez cuentan con un Ribat, una pequeña fortaleza que en su tiempo hacía las veces de pequeña ciudad dentro de otra más grande. De todo el país, el más interesante sin duda es el que se halla en Monastir. Fue construido a finales del siglo VIII y cuenta con más de 4.000 metros cuadrados de superficie.
Impresionan sobremanera sus magníficas torres y bastiones y sus altas murallas. Hoy se puede visitar fácilmente, ya que alberga en su interior el Museo de Artes Islámicas.
El yacimiento arqueológico de Dougga
La ciudad antigua de Dougga fue declarada en 1997 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por aquí pasaron civilizaciones como la púnica, la númida, la romana y la bizantina. Todas ellas dejaron huellas que hoy podemos apreciar en un yacimiento arqueológico de gran valor.
Posiblemente sea el más espectacular de Túnez , ya que alberga algunos de los monumentos romanos mejor conservados de África. Hay 12 templos romanos, tres baños, dos teatros, un circo, un capitolio, etc. Pero quizás su monumento más notable sea la torre Libyco, una estructura de 21 metros de altura y que fue construida por los cartagineses en el siglo II a.C.
Anfiteatro de El Djem
La ciudad tunecina de El Djem encierra uno de los restos romanos más impresionantes en África. Se trata de su espectacular Anfiteatro que, inspirado en el Coliseo de Roma, contaba con una capacidad para 35.000 espectadores. Comenzó a construirse en el año 238 a.C, estando catalogado en la actualidad (desde 1979) como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Chott El Djerid
Chott El Djerid es el Gran Lago Salado de Túnez. Con casi 7.000 kilómetros cuadrados de extensión, es el lago de sal más grande de África. Situado a las puertas del Desierto del Sáhara, es un espacio natural único en el mundo. Y no solo por su belleza visual, sino también por lo que esconde.
No en vano, es conocido como el lago de los espejismos. El viento, la intensa luz, el alto grado de evaporación del agua y los diferentes colores que proyecta el lago crean figuras y movimientos realmente increíbles en el horizonte. Un fenómeno que suele darse especialmente en verano y que recibe el nombre de Fata Morgana.