Gracias a la especialización y la experiencia de los profesionales en la Salud se pueden conocer las necesidades de las personas mayores. En las Residencias Savia del Camp de Túria (ubicadas en Llíria y San Antonio de Benagéber) y la Hoya de Buñol (Cheste) cuentan con un grupo humano que posee una formación tan amplia y variada como requiere el colectivo de la Tercera Edad. En esta ocasión, nos centramos en la actuación psicológica que se lleva a cabo en las Residencias Savia del Camp de Túria con las personas que padecen algún tipo de demencia (fundamentalmente, los que sufren la Enfermedad de Alzheimer).
El trabajo del psicólogo en las Residencias Savia del Camp de Túria está dedicado, fundamentalmente a retrasar el mayor tiempo posible el deterioro tanto cognitivo como funcional del anciano con el objetivo de mantener la mejor calidad de vida. Aproximadamente un 60 % de las demencias que se diagnostican en las personas que se encuentran en la Tercera Edad scorresponden a la Enfermedad de Alzheimer.
La intervención en demencias, también conocida como Estimulación Cognitiva, se realiza teniendo en cuenta qué capacidades cognitivas se encuentran preservadas y cuáles de ellas están afectadas. Consta de diferentes actividades para mejorar el funcionamiento cognitivo en general (memoria, lenguaje, atención, razonamiento, operaciones aritméticas y praxias). La Estimulación Cognitiva se basa en la idea de que el cerebro humano es muy plástico y está continuamente reorganizándose, como consecuencia de su interacción permanente con el entorno.
Las neuronas consiguen aumentar sus conexiones con otras neuronas y las hacen estables como consecuencia de la experiencia, el aprendizaje y la estimulación sensorial y cognitiva. La actividad regular y sistemática, así como un ambiente enriquecido estimula el crecimiento de nuevas conexiones nerviosas. Si consideramos, por ejemplo, el área cognitiva de la orientación, lo primero que empieza a deteriorarse es la orientación temporal (referida al día, mes, año en el que estamos, etc.); después la orientación espacial (saber dónde nos encontramos, ubicarnos en un lugar, movernos por la casa o el centro); y, por último, la orientación personal; se pueden olvidar los nombres de los familiares, dándose casos en los que se puede confundir qué lugar ocupan en una familia (si son nuestra madre o hermana) aunque sí saben que son personas próximas a nosotros.