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El vertedero de Basseta Blanca se convertirá en un vivero de empresas de economía verde

baseta

Medio Ambiente sacará a licitación el proyecto de sellado y restauración en 2018

La Conselleria de Medio Ambiente sacará a licitación el proyecto de sellado definitivo y restauración de Basseta Blanca en el primer semestre de 2018.

Este es el compromiso adquirido por el Consell dentro del plan autonómico de sellado de vertederos en el que se incluyen otros 30 vertederos municipales y que cuenta con una inversión de 20 millones de euros, según ha indicado el director general de Cambio Climático, Joan Piquer, en la reunión mantenida hoy con el alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga.

La consellería ya ha realizado las catas iniciales, para las que aportó alrededor de 70.000 euros,  imprescindibles para resolver el definitivo proyecto de sellado del vertedero de Basseta Blanca, que consistirá no sólo en su cobertura con tierra y su restauración vegetal, sino su previa impermeabilización, el drenaje de efluentes contaminantes y la eliminación de gases emanados de la descomposición de la basura.

Según el director general, “el mantenimiento post clausura será de 30 años, y deberá buscarse  la restauración más adecuada para esta zona degradada, similar a experiencias  como Bens en A Coruña, un vertedero convertido en la actualidad en una inmensa zona verde de 390.000 metros cuadrados”.

Este antiguo vertedero es hoy en día un gran parque, con casi 13 kilómetros de senderos para recorrer y 2.000 metros cuadrados de estanques con patos entre otros atractivos.

Para el alcalde de Riba-roja de Túria, transformar el vertedero de Basseta Blanca en una futura zona de actuación preferente para la inversión empresarial en materia de economía verde, es uno de los objetivos que el Ayuntamiento de Riba-roja se plantea una vez se proceda al sellado definitivo de esta zona degradada.

El Ayuntamiento convocará un concurso de ideas para convertir Basseta Blanca en un vivero de empresas generadoras de economía verde. “El sellado definitivo abre la posibilidad de transformar una zona degradada en economía verde, a través de la implantación de empresas cuyo objeto esté relacionado con esta materia, tales como la creación de biomasa o similares”, asegura Robert Raga quien ha puntualizado “sería un proyecto piloto, pionero e innovador, que supondría un valor añadido para nuestro municipio en generación de energía y materia de manera sostenible”.

La planta de la Basseta Blanca funcionó entre 1983 y 1993, cuando fue cerrada por orden municipal y se calcula que aún alberga más de 800.000 toneladas de residuos sólidos procedentes de los municipios del cinturón metropolitano de Valencia que fueron gestionados por la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (EMTRE).

El gobierno local asegura que hasta la sentencia sentencia del Tribunal Supremo de 1996  se vertieron miles de toneladas de residuos orgánicos por parte del EMTRE, lo que provocó que existan en la zona escorrentías en la carretera de lixiviados.

Raga también ha trasladado al director general el “abandono” que sufre el Parque Natural del Túria y ha instado a la Generalitat  a que “actúe con la mayor celeridad posible”. Según los técnicos municipales, una inversión de 100.000 euros anuales sería suficiente para mantener en condiciones óptimas los 20 kilómetros de senda fluvial que comunican con Valencia.

El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha negociado con la Diputación de Valencia, a través de Divalterra, la implantación de una brigada permanente que actúe de vigilancia y control en el parque natural para evitar incendios.

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