La exposición se podrá visitar hasta el 27 de mayo
El Espai d’Art Contemporani El Castell (E CA)
de Riba-roja de Túria ha inaugurado hoy la muestra retrospectiva ‘Sieteseriesviajesividas’ del pintor valenciano José Morea (Chiva, 1951) que recorre las etapas y viajes del artista durante las décadas de los 80 y los 90.
La exposición ocupa las diferentes salas del centro. En primer lugar, “Personajes/ Forzudos” recoge obras firmadas a principios de los 80. Esas telas muestran figuras humanas, donde se suceden los autorretratos con una fuerte carga figurativa. En “Egipcios/Doñana” se reflejan las primeras muestras del nomadismo de Morea con las piezas firmadas en Madrid durante su estancia en la Casa de Velázquez y en su estudio de Pedralba. En este caso, destaca el empleo de los óleos para plasmar los modelos de apariencia egipcia y las técnicas mixtas para los personajes de Doñana, con las primeras aproximaciones a los animales y a los forzudos.
En 1984, el artista se trasladó a Roma, dónde pintaba en la terraza del antiguo estudio de Rafael Alberti en el Trastevere. Rodeado por la naturaleza, sus pinceles, sus manos, sus pies y su cuerpo recrearon personajes de la Ciudad eterna y sus mitos. Estos trabajos, junto a los firmados en la década de los 90 en Taormina configuran la serie “Italia”.
La sección “Nostalgia porcina” incluye obras concebidas en València o Chiva entre 1985 y 1998 con bodegones que nos miran con sus propios ojos, personajes mitológicos y objetos mundanos que el pintor altera con el uso de su paleta.
Un faisán ácido, una cebra techno y un cisne azul se erigen en protagonistas de algunos de los cuadros de “Acid B Mallorca” que incluyen telas creadas entre 1989 y 1998 en Barcelona y Mallorca. También se pueden admirar elementos comunes alterados (un globo terráqueo, una bici accidentada, los zapatitos de Jeanne Moreau), así como plantas con propiedades humanas y los primeros trazos de temática asiática.
La libertad creativa de Morea también se expresó sobre la moqueta. En este material pintó una Harpía verde y motivos de la cultura japonesa (“El gran mikado”, “La japonesa de Yakutaky”). Estas obras se exhiben en la sección “Orientalia” junto a telas que reflejan pesadillas etílicas, dioses en decadencia y ensoñaciones espirituales.
Por último, “Las Américas” reúne los cuadros creados en América Latina, en Brasil, entre 2001 y 2012. Son bodegones donde destacan una rodaja de sandía con pechos, el uso de los colores primaverales o el rojo intenso y una naturaleza muerta de brazos sobre un cáliz. Asimismo, se perciben sombras humanas, animales antropomórficos y una nueva serie de autorretratos que, en este caso, no tienen rostro.