El Auditorio de Riba-roja de Túria acoge el 23 de febrero el último montaje de Extremus Danza
Discípula de Antonio Gades, la coreógrafa Eva Moreno fusiona el baile flamenco, la música en directo y el vino en su último montaje Lakata, cuyo estreno acogerá el próximo 23 de febrero el Auditorio de Riba-roja de Túria.
La nueva propuesta de la compañía Extremus Danza, subvencionada por Culturarts, es un espectáculo innovador y experimental que aúna el baile flamenco, la música y la degustación del vino para ofrecer al espectador una experiencia sensorial que va más allá de la pura representación. Un maridaje artístico que busca crear alianzas y relaciones entre los sentidos estimulados por el vino y los activados por la danza y la música.
El espectáculo se articula en torno a tres bailarines y tres músicos en un espacio escénico compartido con el público al que se le ofrece una cata de vino -denominación de origen de Utiel Requena, que patrocina el estreno de este montaje aportando el vino y las copas- motor que dará vida y energía a este inédito e insólito montaje.
Lakata propone al espectador un viaje a través de los sentidos, una exploración de las sensaciones para tomar consciencia de las emociones producidas por la conjunción de los aromas, los colores y el ritmo.
Una propuesta escénica que, como explica Eva Moreno, involucra los sentidos de la vista, el oído, el gusto y del olfato “porque pensamos que la interrelación de éstos, su goce conjunto, puede ayudar a entender y disfrutar la danza, a recuperar el sentido hedonista de lo que hacemos y de la pertenencia a un grupo, a una comunidad diversa pero cercana en sentires y pesares”.
Colaboradora de Antonio Gades durante más de una década y afincada desde hace años en Valencia, la madrileña Eva Moreno, coreógrafa, bailarina, directora de escena y dramaturga, utiliza de forma vanguardista el lenguaje de la danza española y el flamenco para contar historias de cada día. Su trabajo como coreógrafa no se entiende sin su compromiso social.
Entre sus propuestas escénicas destaca ‘Pared con Pared’, en la que abordó la violencia machista; el proyecto de inclusión social ‘¡A Quelar!’, que utilizó el baile flamenco como elemento de integración con los jóvenes de la comunidad gitana; o ‘Princesas o comerse la vida’, en la que ahondaba en los trastornos alimentarios de la bulimia y anorexia.