La bailarina vuelve a Vilamarxant tras el éxito en el festival junto a Chanel
Ha pasado una semana desde el Chanelazo y Raquel Caurín, una de las artífices del éxito de España en Eurovisión 2022, aún no ha recuperado del todo la voz. Lo suficiente para contar a InfoTúria.com, en una entrevista vía telefónica, como ha vivido la que hasta ahora ha sido, sin duda, la “mejor experiencia” de su larga trayectoria profesional a pesar de sus 34 años.
A punto de poner un pie en Vilamarxant, su pueblo, donde tiene previsto volver mañana domingo para celebrar la hazaña eurovisiva con su familia y amigos, la bailarina formada en el Conservatorio Profesional Municipal de Danza de Riba-roja, actuará antes con la Mala Rodríguez en Málaga y Barcelona -viernes y sábado-.
¿Cómo estás?¿Has tenido tiempo de descansar y de asimilar la repercusión mediática?
He descansado muy poquito, solo he tenido un par de días libres y voy a seguir trabajando porque tengo otras cosas también este fin de semana con la Mala Rodríguez. Pero estoy abrumada de amor y felicidad. Está siendo increíble, la verdad.
A pesar de que llevas trabajando desde muy joven tanto a nivel nacional como internacional, en musicales, en televisión, con Eurovisión te has dado a conocer para el gran público.
Sí. Estuve en ‘Operación Triunfo’, pero esto no tiene nada que ver. La visibilidad que nos está dando a los bailarines es mucho mayor que en otros casos.
El hecho de que la propuesta de España fuera un espectáculo completo de música y baile ha servido para dar mérito no solo a los cantantes, que son los que acaparan toda la atención en el festival.
Chanel se dedica a todo -baila, canta, actúa- y está en todos los lugares y ha querido darnos la visibilidad que no se nos suele dar y nombrarnos con nombres y apellidos a cada uno de nosotros constantemente. Normalmente es el artista y sus bailarines. Eurovisión ha servido para darnos esa visibilidad porque es un trabajo duro que no solo hemos hecho ahora para el festival, sino que hacemos constantemente todos los bailarines siempre. Está bien que sea reconocido.
¿Cuánto trabajo llevan detrás esos tres minutos sobre el escenario del Palasport Olímpico de Turín?
Hemos ensayado muchísimo. Desde el BenidormFest con ensayos de cinco horas cada día. Estamos acostumbrados a en un día aprendernos ocho coreografías para un programa. Pero en este caso han sido muchísimas horas de ensayos porque ha habido que ajustar, ver qué cosas funcionan y cuales no para mejorar y se han ido cambiando hasta llegar a lo mejor posible. Se hicieron muchas modificaciones. La versión nueva la ensayamos antes de irnos a Portugal y teníamos la cabeza un poco loca.
El hecho de ser valenciana, de Vilamarxant, ¿se ha notado en los mensajes que has recibido?
Me han llegado muschísimos mensajes de gente de Valencia. Y me he sentido muy, muy apoyada por la gente de la terreta.
A pesar de que te marchaste muy joven a Madrid, ¿qué vinculo mantienes con Vilamarxant?
Toda mi familia está allí en Vilamarxant y tengo hasta miedo de llegar. Digo miedo en el sentido de que la gente está súper a tope con esta historia. He sentido muchísimo el cariño, muchísimo, muchísimo. Llegaré el domingo y estaré unos días. Mi madre, la pobrecita me dice que no puede ni andar por la calle, de todo el mundo acercándose a decirle cosas y tengo muchas ganas de ver a la gente. No sé si habrá algún tipo de recibimiento porque están volcadísimos, de hecho instalaron una pantalla en la Casa de la Cultura para ver la final de Eurovisión.
Mi madre me dice que no puede ni andar por la calle de toda la gente que se le acerca a decirle cosas
¿Cuándo fue la última vez que pudiste estar en tu pueblo unos días?
En febrero, coincidiendo con la grabación de los Goya en Valencia pude estar en casita toda una semana con la familia.
¿Cómo llevas el hecho de que ahora te reconozcan por la calle?
Es algo que no me había pasado nunca. No es nada exagerado, pero sí que me han pedido alguna foto estando de compras. No me gusta mucho que me reconozcan, pero se agradece mucho que se reconozca el trabajo.
Como bailarina, puedes ser un ejemplo para los jóvenes que están ahora en el Conservatorio de Riba-roja.
El nivel del Conservatorio de Riba-roja es buenísimo. Yo aprendí muchísimo allí con mis profesores y estoy muy orgullosa. Además hacen muchas jornadas culturales para los jóvenes para incentivar la danza y que desde pequeños suban al escenario. Eso es maravilloso. A los niños les diría que si es su sueño y realmente quieren dedicarse a ello, que todo es posible, que al final con trabajo se llega donde uno quiere.
¿Cómo diste el salto de Riba-roja a Madrid?
Me dieron una beca en uno de los concursos que hacían en Riba-roja y fui becada para terminar el Conservatorio en Madrid. Es verdad que casi toda la gente que se quería dedicar al baile profesionalmente al final se tenía que ir y decidí venirme para Madrid y una vez terminé la carrera me dediqué a hacer audiciones y castings donde fuese y poco a poco empecé a hacerme mi huequecito en el mundillo. A los 21 años empecé con Joaquín Cortés en su compañía y empecé a hacer giras mundiales y he viajado un montón con él. También empecé con los musicales y la televisión desde bastante joven.
A pesar de tu trayectoria hablas desde la humildad.
Es que eso es lo que te lleva a estar aquí. Lo hablaba con mis compañeros bailarines de Eurovisión, nunca he sido una persona ambiciosa en el sentido de me gustaría ser primera bailarina del ballet nacional, o me gustaría bailar en Los Ángeles. Siempre he sido muy humilde, siempre he dicho que quería bailar donde fuese y bailando estaría feliz. La vida me va regalando momentazos muy fuertes, como los que hemos vivido en Eurovisión que ha sido increíble.
¿Cómo llegas a Eurovisión?
En mi caso fue porque conocía a Chanel de musicales como El Guardaespaldas y junto con el coreógrafo dieron una lista de bailarines. Me llamaron de un día para otro y fue un poco locura porque estaba en este musical en Barcelona y tuve que presentarme en Madrid al día siguiente pidiendo unos días libres.
¿En algún momento habías tenido en mente el festival?
Lo había visto alguna vez, pero no era fan y no me había imaginado poder bailar allí nunca y sinceramente ha sido probablemente la mejor experiencia de mi vida. Ha sido increíble. En el ensayo de la final para el jurado se iba a caer el estadio, disfruté muchísimo y fue terminar la música y ponerme a llorar como una niña pequeña, nunca jamás había sentido eso en el escenario, jamás.
A la gente le puede gustar más o menos, o no gustarle, pero el trabajo está bien hecho
¿Cómo has llevado críticas previas al tercer puesto?
Las críticas que no sean constructivas y que no aporten para mejorar mi trabajo intento no hacerles caso. Soy muy consciente cuando trabajo en algo que es bueno y cuando algo es malo. Creo que todos los sabemos cuando estás haciendo algo que está bien o algo más regular. Yo desde el principio sabía que estábamos haciendo algo muy bueno. A la gente le puede gustar más o menos, o no gustarle, pero el trabajo está bien hecho y hay muy buen trabajo detrás y hay unos muy buenos profesionales, tanto dentro como fuera del escenario. Toda opinión que no tenga nada que ver con nuestro trabajo a mí nunca me ha preocupado.
¿Te molestó algunos de los comentarios, más allá de las críticas?
Cuando estaban hablando del racismo y del feminismo sí que es verdad que me indignó un poco la situación, pero intento hacer oídos sordos porque lo veo un sinsentido.
Ahora no paras de trabajar, ¿pero en algún momento has tenido miedo a no tener proyectos sobre la mesa, a que no te llamen?
En esta profesión siempre. Desde hace unos años estoy más tranquila porque tengo la suerte que he trabajado mucho y no me ha faltado el trabajo. Tengo una sensación de calma, de que algo vendrá no pasa nada. Cuando era más jovencita lo pasaba peor, sobre todo no decía que no a nada, cogía todos trabajos por si acaso luego no había. Pero ahora me siento bastante afortunada de poder ir enlazando todos los trabajos.